En el transcurso del mes de junio y julio los técnicos de la Agencia de Extensión Rural INTA de Santa Rosa, puntualmente a partir del programa ProHuerta (desarrollado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de Nación), estuvieron realizando diversas actividades en el área urbana y periurbana de Santa Rosa y Toay, y en las localidades de Ataliva Roca y Winifreda. Principalmente se dedicaron al monitoreo de las huertas ubicadas en esos lugares para conocer distintos aspectos sobre la temporada otoño-invierno 2019 y conocer más a los huerteros.
Jorge Vicens fue uno de los productores que recibió a los técnicos, un jubilado de 69 años que aún sigue realizando trabajos de jardinería para sumar ingresos y como dice él “para no enfermarse” haciendo huerta.
En una charla con los extensionista, les relató los detalles de su tarea diaria.
¿Cuánto hace que realiza huerta?
Hace tres años (aclara que hace tres años que vive en su actual domicilio), pero hago huerta desde niño cuando mi familia vivía por “Naranja Colorada”, hasta que tuve 18 años cultivábamos alrededor de cinco hectáreas de zapallos, sandías, y otras verduras.
¿Por qué sigue trabajando la tierra?
Sigo haciendo este trabajo que para mí es una forma de “no enfermarme”, es relajante el contacto con la tierra y con las plantas, porque aquí se hace todo con las manos.
¿Qué le ofrece la huerta?
La posibilidad de poder aprovechar alimentos sanos y que yo mismo hice. A veces me acompaña un nieto al que le estoy enseñando. La producción la comparto con la familia y gente conocida.
¿Cómo logró contactarse con el INTA y el ProHuerta?
Me acerqué al INTA porque alguien me había comentado que entregaban semillas, aunque a veces compro en algún comercio cercano para seguir haciendo almácigos, a la espera que algún técnico se acerque.
¿Qué satisfacciones le ha dado la huerta?
Muchas, recuerdo cuando era más joven se cosechaban zapallos angolas de 40 kilogramos. Dónde estoy ahora he cosechado remolachas de 2,5 kilogramos y muy dulces, y batatas “Arapey” que alcanzaron hasta 4 kilogramos (con ésta salimos en algún periódico local). Igualmente tengo algunas dificultades para hacer zanahoria, pero le voy a ir encontrando la vuelta.
Por último, Jorge les relató a los técnicos que ya está plantando algunos frutales (cítricos, cerezos, guindos, ciruelos y granadas) porque sabe que cuando los años no lo dejen cultivar más la tierra, quizás su nieto siga con la tradición de hacer huerta.
Para más información:
Agencia de Extensión Rural Santa Rosa
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Dirección: Av. Spinetto N° 785