La Administración Federal de Ingresos Públicos ( AFIP) y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria ( Senasa), unificaron sus trámites con el objetivo de transparentar la cadena frutihortícola. Buscan tener productos más inocuos y frenar la evasión. En el mediano plazo, la medida llegará a las verdulerías.
En esencia se trata de un remito electrónico, tal cual ya se hace en la cadena cárnica. En ese sentido, el responsable de la AFIP, Leandro Cuccioli señaló que “en 2017 surgió la idea al evaluar la cadena frutihortícola, donde de 55 mercados concentradores, el 65% registró algún tipo de irregularidad”. Las declaraciones se dieron en el marco de una conferencia de prensa que compartió con el ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere y el titular del Senasa, Ricardo Negri.
Fuentes del organismo de control señalaron que hasta el momento su participación se hacia a través de un remito de papel en un trámite que pertenecía al Senasa. Explicaron que esto cambió luego de que sea la misma AFIP la que de las validaciones por el sistema informático, lo que significa que el futuro documento a emitir será 100% digital.
Se entiende desde ya que se va detrás de los evasores. Aunque el presidente del Senasa, Ricardo Negri, resaltó que “los únicos evasores que perseguimos son los que no cuidan la comida de los argentinos”. Las fuentes consultadas rescataron que en el mediano plazo el control llegará a las verdulerías. Este tipo de comercios en la mayoría de los casos no emiten el ticket de venta. Argumentaron además que la iniciativa se inscribe en la política “no de aumentar” impuestos sino de ampliar la base tributaria “combatiendo la informalidad”.
Por lo pronto la medida alcanza al tránsito de todo producto, subproducto y derivado de origen vegetal, nacional e importado, desde el lugar de origen hasta su arribo a los mercados mayoristas. La resolución conjunta pone en marcha el DTV-e, que unifica el Documento de Tránsito Vegetal (DTV) del Senasa que funciona desde el 2016, con el Remito RG 1415 de la AFIP.
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Se entiende de esta manera que un sólo documento, generado en un único trámite y por autogestión, permitirá cumplir con el control fiscal de lo que se traslada con fines comerciales y con el resguardo del estatus fitosanitario de la producción vegetal.
El receptor dispone de unos tres días para aceptar el documento que recorre la trazabilidad del sector: productor, empaque, cámara de frío, mercados concentradores y comercialización ya sea minoristas, como las verdulerías y los hipermercados y supermercados.
Negri señaló que el primero de enero de 2020 entrará en vigencia el régimen de normas de buenas prácticas de productividad frutihortícola y ya hay un proceso de capacitación en la cadena.
Todo producto vegetal que no cumpla con los requerimientos, tanto fitosanitarios como tributarios, no será autorizado a ser trasladado por el sistema. En una primera etapa se controlará a productos hortícolas como papa o batata, para luego incorporar a las verduras de hojas.