“Al igual que el maíz pisingallo, el maní, entre otros, la alfalfa no pertenece a un segmento de negocio tan importante, que pueda generar reacciones políticas de frenar su exportación, o porque sea un producto que afecte el consumo de los sectores sociales más vulnerables por ejemplo, por lo que entiendo que son segmentos que no va a recibir presiones, en términos de frenado de exportación”, señaló el economista en el marco de una jornada de alfalfa realizada semanas atrás en San Luis.
“Así como veo una foto muy mala para la economía Argentina, porque no hay mucho margen de maniobra de acá a fin de año, creo que en buena medida esto se empezará a revertir ya en el 2024… Creo que momentos duros como este son también buenos para comenzar a proyectar como desarrollar este negocio de cara al futuro”, expresó el economista.
Cabe señalar que la exportación de alfalfa entre enero y mayo resultaron en U$S 5.400.000. En este período se exportaron más de 14.600 toneladas alfalfa, lo que representa una suba del 33% respecto al mismo del año pasado. Si se compara mayo 2023 vs mayo 2022, el crecimiento en los envíos al exterior subió al 36%, según datos aportados días atrás por el Consejo Agroindustrial Argentino.
En el marco de una charla brindada, Seggiaro resaltó además que Argentina va a tener un tipo de cambio muy competitivo el próximo año y varios más en adelante, gobierne quien gobierne, y el negocio del peleteado, del deshidratado, del cubo de alfalfa, con mirada exportadora, son opciones interesantes para plantear negocios a futuro.
«He tenido una reunión con un grupo de productores de la zona de Río Tercero que estaban planteándome un proyecto de una planta de peleteado; el año pasado le hemos armado un proyecto a otro grupo de productores también; por lo que estoy viendo claramente interés en avanzar en este sentido”, sostuvo.