Al igual que en todos los niveles de la economía argentina, las PASO del 11 de agosto marcaron un antes y un después en la ganadería argentina. Tras la fuerte devaluación del peso frente al dólar y con una divisa norteamericana que en cuestión de horas pasó de cotizar 46 pesos a romper el techo de los 60, todas las miradas se posaron en el Mercado de Liniers, que es el formador de precios a nivel nacional.
Por espacio de dos semanas, en las pasarelas del mercado concentrador se vieron precios que rompieron todos los récords, con hacienda de consumo que llegó a rematarse en 80 pesos y vaca que rozó los 70 pesos. “Fue un poco lo que pasó en todo el país, la incertidumbre que se vivió también alcanzó a nuestro sector”, reconoció Carlos Colombo (h), de la casa consignataria Colombo y Magliano.
Con un mes de agosto que llega a su fin en medio de los anuncios del ministro de Economía Hernán Lacunza y un poder adquisitivo del salario cada vez más erosionado, las carnicerías deben hacer auténticos malabares para no trasladar la totalidad de estos incrementos, si bien en las últimas ruedas comerciales en Liniers el precio de la hacienda registró una baja en todos sus renglones.
Para Colombo, que también preside el Centro de Consignatarios de Productos del País (CCPP), “las subas de precios en el mercado de Liniers no se convalidaron en los mostradores” sostuvo y añadió que durante los primeros días posteriores a las PASO se vivió una fuerte incertidumbre, que se reflejó en menores ingresos a Mataderos, de la mano de productores que a la espera de una estabilización en el valor del dólar, optaron por no remitir su hacienda.
Desde su perspectiva y tras los valores históricos que se alcanzaron en las subastas públicas en las ventas de Liniers, “los precios están llegando a los valores que dejamos antes de las PASO pero el productor está en una situación muy desfavorecida”.
Un capítulo aparte es el novillo de exportación, un tema que es fuente de polémica entre consignatarios e industria frigorífica exportadora. Según estimó Colombo, la falta de oferta en esta categoría empujó los valores del novillo de exportación hasta los 140 pesos por kilo de carne, si bien al momento de redactar estas líneas el valor oscila entre los 130 y 133 pesos.
El consignatario fue categórico en este punto. “La industria remarcó los precios en la semana de la locura, cuando el novillito valía entre 77 y 80 pesos el kilo vivo. Ahí se fijaron los precios y todo lo que baja ahora es ganancia para la industria”, afirmó. En esta instancia, también advirtió que “las autoridades deberían escuchar a toda la cadena, no solo a la industria exportadora”.
Esta postura se encuentra en línea con un el sector del consumo, que tras la última reunión de la Mesa de las Carnes con el presidente Mauricio Macri, expresó su malestar a través de un comunicado en donde advirtieron que el Gobierno nacional prioriza a la industria frigorífica exportadora por sobre el consumo interno.