La medida que establece el peso mínimo de faena para hembras en 260 kilos entre el 1 de abril y hasta el 30 de junio ante el impacto de la seca, fue cuestionada por La Cámara Argentina de Feedlot (CAF) que consideró que “ no era la forma de encarar el problema” y que “la discusión sobre si debe o no el país tener una intervención del estado en este sentido es algo que debe ser discutido y debatido por la cadena”.
Según CAF, el principal problema fue el cambio de las reglas de juego de un día para otro, con una medida que no tuvo el consenso de toda la cadena productiva.
La disposición, dice el documento, “generó un castigo a todos aquellos productores, criadores y engordadores que apostaron por un animal de mayor peso. El criador realizó un esfuerzo para vender sus hembras un poco más pesadas para no ser castigadas y el engordador ajustó dietas, recrió y logró un animal por encima de los 300 kilos pero se encontró de golpe con una categoría de menor peso (260 Kg) y más buscada por el abastecedor”.
De esta manera, desde CAF reflejan la decepción de los productores que esperaban “un país que va hacia una mayor previsibilidad en los negocios” y aseguran que habrá consenso desde la Mesa de Carnes para que la medida no sea prorrogada.
Por último, la cámara insistió en el deseo de ser “el supermercado del mundo”: “Queremos producir carne como otros productores de punta en el mundo, y exportar cada vez más pero lamentablemente competimos con productores que no solo tienen otro nivel de carga impositiva, tienen además estímulos para ser cada vez más eficientes y el acceso a herramientas de producción que hoy tenemos vedadas por una determinación exclusivamente nuestra”.
Fuente: El Litoral