La decisión que dio a conocer la República Popular China la semana pasada de autorizar a otros ocho frigoríficos argentinos que faenan carne bovina para exportar a ese país constituye el último mojón del camino de fenomenal ascenso que viene mostrando el comercio exterior de carne con el gigante asiático.
Algunos datos sobran como botón de muestra: este año, los envíos a ese destino duplican a los de 2018 y Argentina ya es el principal proveedor de carne vacuna de China.
El año pasado, China ya concentraba la mitad de las exportaciones de los frigoríficos argentinos. La proporción, hoy, es de tres de cada cuatro toneladas.
En resumidas cuentas: la principal –y casi única– explicación para el crecimiento de las exportaciones de carnes argentinas es la demanda de los chinos.
China, el gigante obligado a cambiar de proteína
La necesidad de la nación más poblada del mundo de incrementar su oferta de proteínas como consecuencia de la peste porcina africana ha llevado a que, a partir de 2019, permita el ingreso de carne enfriada y con hueso. Hasta 2018, sólo se podían exportar cortes congelados deshuesados.
Este último protocolo sanitario implica que, actualmente, a China se están embarcando incluso cortes típicos del paladar argentino, como la “costilla” que se incluye en los asados.
Como una provincia
El protagonismo que adquirió la república oriental para la industria cárnica argentina se advierte también cuando se compara su demanda con el consumo interno promedio en Argentina.
Según datos de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), entre enero y agosto los frigoríficos argentinos produjeron unos dos millones de toneladas res con hueso de carne bovina.
De ese total, 1,53 millones se habrían destinado al mercado doméstico y 471.600 toneladas habrían partido a destinos foráneos. Con una participación sobre el comercio exterior del 75 por ciento, a China se habrían embarcado más de 350 mil toneladas.
Tomando como base el porcentaje de población que cada provincia tiene con respecto al total nacional (datos del Censo 2010 del Indec), y suponiendo que el promedio de consumo por habitante es igual en todas las jurisdicciones, sólo Buenos Aires, con casi 600 mil toneladas, comió más carne vacuna este año que China.
La “aspiradora” asiática, por su parte, se llevó un volumen de cortes que casi triplica el consumo de Córdoba o de Santa Fe (125 mil toneladas). O que equivale a la demanda de estas dos provincias y de la Capital Federal en conjunto.
Este año, el ministro de Agricultura y Ganadería de la Nación, Luis Miguel Etchevehere, estima que las exportaciones argentinas de carne bovina alcanzarán las 720 mil toneladas. China, en este contexto, sumaría más de medio millón, a razón de 1.500 toneladas diarias.
De todos modos, vale recordar que la población de China alcanza los 1.400 millones de personas, lo que equivale a más de 30 veces la Argentina. Allí, el consumo de carne vacuna no llega a los 10 kilos por habitante por año, mientras que Argentina es una de las naciones que tienen una de las tasas más altas del mundo: supera los 50 kilos per capita.
FUENTE: La Voz
