Los argentinos consumen 43 kilogramos de carne aviar per capita por año, de acuerdo con el Índice de Competitividad de la Confederación Intercoopeartiva Agropecuaria (Coninagro).
Norberto Niclis, vicepresidente de Coninagro, dijo que el consumo de carne aviar se debe a cuestiones tanto de costo como de cultura. «La logística está hecha para abastecer el mercado interno. En el caso de la carne aviar, la producción no es tan estacional, pero el consumo sí», enfatizó.
Además, otro factor influyente es el bajo aporte calórico del producto, lo que incentiva su compra y su consumo. Según el Centro de Información Nutricional de la Carne de Pollo, «por sus características intrínsecas, la carne de pollo colabora en la regulación del hambre y la saciedad, proceso clave en el control de la conducta alimentaria y el peso corporal».
Por su parte, Andrés Cura, ingeniero agrónomo que está a cargo de la Integración Avícola de la Unión Agrícola de Avellaneda Coop. Ltda de la provincia argentino de Santa Fe, señaló que estas cifras lo colocan cerca del consumo de carne bovina.
“La forma de poder seguir creciendo en consumo es dando agregado de valor a cadena avícola, ofreciendo nuevos productos como es el caso de las hamburguesas o medallones de pollos, embutidos, y rebozados en general”, afirmó.
El ejecutivo comunicó que su empresa tiene como meta exportar productos premium, tales como pechuga de pollo, hacia Europa. «La idea es llevar de la mano los dos mercados, tanto el de exportación como el interno, regulando la oferta en cada uno de ellos», dijo, subrayando que busca afianzar las exportaciones sin desabastecer el mercado interno.
Finalizó diciendo que «la evolución de la avicultura va a ser interesante, ojalá que el gobierno permita que sigamos exportando, porque eso genera mayores fuentes de trabajo, tecnificando las líneas y aumento de dotación de personal».