Una década después de que el mundo se hundiera en una devastadora crisis económica, se alcanzó un indicador clave que mide la recuperación: todas las grandes economías del mundo están en expansión al mismo tiempo, una ola sincrónica que está creando empleos, generando fortunas y aplacando los temores de agitación popular.
Muchos economistas creen que los beneficios del actual crecimiento solo alcanzarán a la clase alta pero, así y todo, el hecho es motivo de optimismo. Un escenario de expansión que impulse los salarios y ofrezca seguridad a las clases medias debería empezar más o menos con una situación como la actual. Además, como el crecimiento global está más repartido, es más sustentable frente a cualquier mala noticia económica.
Estados Unidos ingresó a su noveno año consecutivo de crecimiento gracias a que la economía fue impulsada por el enorme gasto público del gobierno anterior, sumado a los 1,5 billones de dólares en rebajas de impuestos del actual. Así las cosas, en 2017 la expansión fue de 2,3 % y se estima que en 2018 llegará al 2,7%. También disminuyeron los temores a un freno abrupto en la larga trayectoria de crecimiento de China que el año que acaba de finalizar avanzó 6, 6%. Europa, que hasta hace poco estaba sumida en el desequilibrio político, finalmente siente los efectos del dinero barato que bombea el Banco Central Europeo y se ubicó entre los primeros de la expansión global, con un 2,2%. Hasta Japón, sinónimo de estancamiento por décadas, empezó a despegar (+1,4%).
A su vez, el alza del precio del crudo impulsó la recuperación de Rusia (+1,8%) y los productores de Medio Oriente, y, hasta ahora, México (+2,5%) logró ahuyentar los temores de que el gobierno de Donald Trump dañara su economía. Brasil (+1%) todavía sufre los efectos de una depresión, pero con algunas chispas de recuperación.
Se espera que este año y el siguiente la economía global crezca un 3,9%, frente al 3,7% del año pasado y al 3,2% de 2016, según el FMI. El mundo disfruta actualmente de un positivo efecto rebote, en el que la creciente confianza empresarial lleva a contratar más personal, lo que a su vez potencia el consumo. Bienvenido.
Extractado por Valor Carne de La Nación, 28 de enero, en base a The New York Times.