Los metros de suelo necesarios para alojar a cerdas gestantes varía según la fase de gestación, de forma que en las fases tempranas el espacio disponible es un factor determinante de agresión, tal y como demuestran los resultados de un estudio conjunto llevado a cabo por un grupo de investigadores australianos y estadounidenses.
Evaluación del espacio disponible como factor estresante
Con el fin de determinar el papel del espacio -en un rango de 1,45 a 2,90 m2/cerda-, el grupo de investigación evaluó el nivel de agresión, el estrés y la capacidad reproductiva en cerdas alojadas en las instalaciones hasta el día 27 post-inseminación.
En un estudio previo, habían determinado que la variabilidad en la disponibilidad de espacio favorecía la aparición de estrés y agresión.
En este caso y con el fin de reducir esta variabilidad dentro del centro de investigación, el equipo alojó a cerdas en corrales de tamaño similar pero variando el tamaño de los grupos -10 a 20 animales-, alimentadas cuatro veces al día con una ración de 2,5 kg/cerda/día.
Características de las instalaciones
Cuatro bloques separados de tres corrales contiguos
Nueve grupos con 180 cerdas/grupo
Rango de espacio:1,45-2,90 m2/cerda
Parámetros estudiados
Los días 2 y 26 tras el inicio del estudio se midieron parámetros asociados al estrés y agresión:
Comportamiento agresivo durante la alimentación: Golpes y mordeduras
Nivel de cortisol plasmático
Resultados del estudio
Al examinar los resultados del estudio, los investigadores observaron que las mediciones realizadas el día 2 mostraban una relación directa entre la agresión y elevación del nivel de cortisol con la limitación del espacio, disminuyendo el nivel de estrés y agresión conforme se aumentaba el espacio disponible.
En el caso de las mediciones realizadas el día 26, no se observó un impacto significativo del espacio disponible sobre el nivel de estrés y agresión.
Los investigadores concluyeron que “estos resultados demuestran que un incremento en el espacio disponible durante la fase inmediatamente posterior a la mezcla de animales reduce el nivel de agresión y estrés, y que las cerdas pueden adaptarse a la limitación del espacio con el paso del tiempo”.
“Una estrategia basada en la estabulación por fases, en la que las cerdas dispongan inicialmente de mayor espacio y posteriormente ir reduciéndolo conforme avanza la gestación, podría resultar beneficioso económicamente y mejorar el nivel de bienestar animal“
Hemsworth, P., Morrison, R., Tilbrook, A., Butler, K., Rice, M. and Moeller, S. (2016). Effects of varying floor space on aggressive behavior and cortisol concentrations in group-housed sows. Journal of Animal Science, 94(11), p.4809.
Fuente: www.pigprogress.net