Se debería trabajar en cambiar las herramientas de definición de las fases de liquidación y retención de vientres en el sector ganadero argentino. Así lo indicó Matías Bodini, técnico de la Comisión de Ganadería de CREA, durante una charla ofrecida hoy viernes en el IV Taller Ganadero Empresario de la zona CREA Norte de Buenos Aires.
“Tradicionalmente se consideraba que cuando la faena de hembras superaba el 45% del total se ingresaba en un período de liquidación; actualmente estamos en niveles promedio del 50%, pero no estamos en liquidación porque la dinámica del rodeo vacuno argentino cambió de manera estructural”, explicó Bodini en la jornada organizada en la sede porteña de CREA.
“Hoy tenemos prácticamente la misma cantidad de vientres que una década atrás, pero el rodeo total es del orden de 54 millones de cabezas, cuando en 2008 superaba los 60 millones; es decir, la recuperación del rodeo que se produjo en los últimos años, luego de la gran liquidación ocurrida en la gestión anterior, se sustentó fundamentalmente en el crecimiento de la cantidad de hembras”, remarcó el técnico CREA.
“Eso implica que la faena de hembras puede aumentar en la actualidad sin que eso comprometa de manera crítica a la fábrica ganadera; el stock bovino argentino dejó de crecer y es probable que caiga un 0,5% en 2020, pero no estamos en una fase de liquidación”, añadió.
La principal variable que explica la reducción de oferta es la aceleración de la tasa de extracción de novillitos y novillos, la cual, mientras que en el período 2003/2009 se ubicó en un promedio de 71%, en 2010/2015 creció hasta el 92% para alcanzar el 100% en 2016 y superar esa cifra a partir de 2017. Es decir: desde entonces se faenan terneros una vez liquidado todo el stock anual de novillitos y novillos.
“En la última década nos comimos buena parte del capital hacienda de machos. Por este motivo los saltos de precios internos del novillo, cuando se registran cambios en la relaciones de oferta y demanda, son muy elevados. La cuestión clave para las empresas ganaderas es poder anticiparse a esos saltos”, apuntó Bodini.
Mientras que en 2018 la demanda externa de carne representaba alrededor del 18% de la producción argentina, este año esa proporción finalizaría en torno al 22%. “Si bien el peso de la exportación viene aumentado en los últimos años, la firmeza de los precios internacionales aún no se refleja en los valores internos de la hacienda porque el consumidor argentino sigue siendo el principal cliente del sector ganadero”, afirmó.