Docentes de la Facultad de Agronomía de la UBA revisaron cuan eficientes son las plantas en producir biomasa y marcaron un importante avance para que se pueda estimar con imágenes satelitales.
Existen distintos métodos para conocer la productividad de los recursos forrajeros y entre ellos se encuentra la estimación por imágenes satelitáles. Sin embargo, por la falta de precisión de sus datos, muchas veces esta es una práctica poco difundida. Para mejorar esto, un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) estableció un valor de referencia para la eficiencia del uso de la radiación de los forrajes.
“La productividad del forraje se puede estimar con un cálculo matemático muy simple que requiere sólo tres datos: la radiación solar que llega a las plantas, la fracción de esa radiación que las plantas absorben y la eficiencia con la que convierten la energía absorbida en biomasa vegetal. Los dos primeros provienen de los satélites y son precisos, el problema está en la variabilidad del componente, eficiencia del uso de la radiación, que no surge de sensores remotos sino de experimentos a campo”, afirmó Magdalena Druille, docente de la cátedra de Forrajicultura de la FAUBA al sitio Sobre la Tierra.
La investigadora explicó a Sobre La Tierra que lograr experimentalmente un valor certero de la EUR es complejo, ya que varía por numerosos factores.
“Nuestro objetivo en este trabajo fue conocer cuáles eran los valores más comunes de dicha eficiencia, y lo hicimos a partir de valores de EUR para distintos forrajes publicados en revistas científicas. Para eso, primero relevamos una cantidad inmensa de publicaciones y luego usamos una herramienta estadística llamada meta-análisis, que nos permitió sintetizar toda esa información. Así llegamos a determinar que la EUR promedio en la literatura es 1,9 gramos de materia seca por megajoule (MS/MJ) de energía absorbida” puntualizó la investigadora.
“Ahora sabemos que hay margen para elevar la productividad a través de la eficiencia, ya sea con prácticas de manejo o con mejoramiento genético. Para eso es básico establecer qué factores la determinan” explicó Druille .
El trabajo de Magdalena, en coautoría con Mariano Oyarzabal y Martín Oesterheld, docentes de la FAUBA, fue aceptado para su publicación en la revista Agronomy Journal.
“En promedio, vimos que no hay diferencias en la eficiencia del uso de la radiación entre las especies forrajeras de climas templados —las llamadas especies C3 en la ‘jerga’ científica— y las de regiones cálidas —conocidas como especies C4—. Luego, al mirar dentro de cada grupo encontramos diferencias entre las especies que los integraban: 42% entre las C3 y 61% entre las C4. Es más, también detectamos diferencias entre variedades dentro de una misma especie; en promedio fue del 58% y en ciertos casos llegó a 396%”, resaltó la investigadora.
“En cuanto a los restantes factores que inciden en la eficiencia del uso de la radiación, vimos que las especies C3 responden más a la fertilización con nitrógeno que las C4. Ese aumento en la eficiencia se manifiesta únicamente en situaciones de buena disponibilidad hídrica y en suelos de textura fina, que retienen más agua. También encontramos que la EUR aumentó en algunos forrajes sombreados en relación a otros a plena luz”, concluyó Druille.
Fuente: Sobre La Tierra