- La inversión en reproductores evaluados por las asociaciones de raza se recupera en más terneros destetados, más kilos producidos y mejor calidad de carne.
- La Exposición Angus de Primavera, realizada en Cañuelas con el respaldo de Expoagro, fue un reflejo de la evolución.
La selección genética es una herramienta que ya tiene más de un siglo de evolución en la ganadería argentina, pero en las últimas décadas, gracias a nuevas investigaciones y desarrollos tecnológicos, se pudo potenciar un crecimiento basado en información. El resultado pudo observarse esta semana en la excelente calidad de reproductores que participaron de la Exposición Nacional Angus de Primavera, realizada en el predio de la Asociación Angus en Cañuelas con el apoyo logístico de Expoagro.
“El mundo quiere saber lo que come, quiere trazabilidad y certificaciones, todo lo que hoy estamos ofreciendo”, dijo en la apertura del evento el presidente de Angus, Alfonso Bustillo, y brindó algunos números que ayudan a entender el trabajo de selección que se hace en esa raza, que representa al 50 por ciento del rodeo argentino y el 75 por ciento si se toma en cuenta los cruzamientos.
Alfonso Bustillo, presidente de la Asociación Argentina de Angus, durante la inauguración de la Expo de Primavera.
Según explicó, desde hace cinco años se empezó a incorporar la información genómica a los datos del programa de Evaluación de Reproductores Angus (ERA), que se creó en 1989 y que permite que hoy haya registro de las características de crecimiento (largo de gestación, peso al nacer, peso al destete, peso final, leche, circunferencia escrotal y altura) y de calidad de carne (espesor de grasa dorsal, espesor de grasa de cadera, área de ojo de bife, porcentaje de grasa intramuscular y porcentaje de cortes minoristas) de miles de animales de la raza.
La población de referencia que ya cuenta con esos datos enriquecidos con genómica es de nada menos que 30.000 animales, y el resultado de esa élite genética se mide constantemente en el campo, en las más de 40 exposiciones de la raza que se realizan en todo el país y en 220 remates de cabañas e invernada.
En las exposiciones se compara lo más selecto de la genética.
“Vienen habiendo cambios fuertes. Antes en las ferias había animales de todos colores, y ahora en la Cuenca del Salado se observa una tendencia muy fuerte al Angus puro. La demanda lo quiere cada vez más. Las exposiciones, los remates de cabañas, los remates auspiciados de invernada, donde se ve la genética seleccionada, se destacan en valor”, dice el joven consignatario Joaquin Jauregui Lorda, y aclara que a pesar de la información disponible, el fenotipo sigue siendo preponderante, “el animal sigue entrando por los ojos”.
Joaquín Jauregui Lorda, consignatario de hacienda.
El diferencial de valor que alcanzan estos animales, explica Jauregui Lorda, se justifica porque es una inversión que después se expresa en la producción. “Esto termina en el rodeo del productor, en la venta de terneros y en la calidad de la hacienda terminada. Estamos llegando a un estándar muy bueno”, dice.
Y con él coincide Mauricio Groppo, propietario de una cabaña Brangus en Córdoba y presidente de la Asociación de Criadores de Brangus, quien afirma que el fenómeno no es exclusivo de Angus ni de la Cuenca del Salado: la genética evaluada alcanza valores que pueden llegar a duplicar o triplicar los de los reproductores sin datos. “Antes la evaluación se hacía a ojo, exclusivamente por fenotipo, y no se hizo para nada mal porque fue asi como la Argentina llegó a los años 90 con una genética de mucho valor. Hoy sigue estando ese valor pero con más información. Los programas de evaluación genética nacieron hace 25 o 30 años y desde entonces vienen creciendo, pero el crecimiento más exponencial se dio en los últimos 6 o 7 años con la incorporación de la genómica”, repasa.
Mauricio Groppo, cabañero y Presidente de la Asociación Brangus Argentina.
Luego asegura que el crecimiento se ve en los remates auspiciados y en la cantidad de animales registrados que se venden cada año. “Le vamos ganando terreno a los animales que se venden sin información, quisiera que siga creciendo el porcentaje de productores que usa reproductores registrados, con toda la información”, dice, y añade que es necesario un acompañamiento oficial de esa tendencia: “Sé que el Gobierno está trabajando en una ley que favorezca la compra de reproductores registrados, permitiendo la amortización del impuesto a las ganancias en un año”.
“La genética hoy, con herramientas como la genómica, ha evolucionado mucho. Hay mucha gente joven en la actividad que se interesa, lee, se forma, y nos obligan a las cabañas a trabajar cada vez mejor”, dice por su parte Ricardo Orazi, dueño de la cabaña Angus La Pastoriza, en San Miguel del Monte, y destaca algunos avances puntuales. “Si hablamos de la facilidad de parto, la selección ha llevado a una mayor producción de terneros y mayor simpleza en el manejo de los establecimientos de cría. La genética va llegando a los rodeos generales, la gente joven que entra en la actividad se ve motivada por eso y el proceso se acentúa. En cuanto a la terminación, los engordadores encuentran la diferencia que brinda una genética seleccionada, por ejemplo con ganancias de peso que son 15 o 20 por ciento superiores”, dice.
Ricardo Orazi, propietario de la cabaña La Pastoriza, de San Miguel del Monte.
Y Fernando Storni, presidente de la Cámara Argentina de Feedlot, lo confirma: “Claramente se da la correlación entre la genética y la expresión en los corrales”, comenta, pero advierte que hace falta más comunicación y vinculación entre los distintos eslabones “para valorizar eso y potenciarlo cada vez más”. “Hay un paso importante que tiene que ver con la tipificación de la carne y todo el recorrido que se puede hacer hacia atrás en la cadena, desde la media res hacia el engordador y el criador. Hoy pensamos en tener cada vez más días de engorde para lograr más marbling (marmoleo), y la genética y la nutrición que tuvo el animal previo a entrar en los corrales también juegan un rol en ese sentido, entonces necesitamos tener esa información y esa comunicación. Es un paso esencial para realmente expresar y aprovechar el potencial de la genética”.
Fernando Storni, presidente de la Cámara Argentina de Feedlot.
Orazi coincide en que el marbling es el gran factor diferencial de precios en la demanda, sobre todo para exportación. “La genética aplicada a la producción recién empieza, todavía hay mucho para hacer. En el momento que se plantea un problema se va a plantear una solución. Es un gran desafío encontrar la relación entre la mejora en los índices productivos y la genética, y vamos a ver que se hace una diferencia de precios en los próximos años”, concluye el cabañero.
Lucas Villamil
Fuente: La nacion Campo
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