El consultor privado, Víctor Tonelli, aseguró este miércoles en la 3° agrojornada Córdoba Ganadera que es poco probable que se dé una mejora de los precios de la hacienda destinada al mercado interno, debido a un exceso de oferta en el mercado que se extenderá al menos tres o cuatro meses.
Por el contrario, su pronóstico fue alentador para quienes producen novillos pesados de exportación, que deberían comenzar a revalorizarse en la medida en que los frigoríficos se queden sin oferta de vacas.
«Más allá de subas circunstanciales como se vieron en los últimos días, no espero mejoras significativas en los precios del ganado para los próximos tres o cuatro meses», resumió Tonelli.
Desde su punto de vista, un factor clave es que los feedlots marcaron un récord de encierre en abril: 30 por ciento más de animales que en el mismo mes de 2017, y el 80 por ciento de esos ejemplares destinados al mercado interno.
«El mercado no está considerando estos valores, que son muy significativos. No veo que los precios suban demasiado», insistió Tonelli.
La exportación, mejor
En cambio, el consultor precisó: «Así como no veo cambios significativos para que el animal con destino mercado interno pegue un aumento, veo absolutamente todas las fichas puestas en una mejora significativa en los que tienen destinos de exportación».
Su cálculo es que, para julio, el precio del kilo res con hueso debería ubicarse entre 2,9 y 3 dólares, producto de que los frigoríficos necesitarán adquirir novillos ante la reducción de la oferta de vacas.
«Hoy, la oferta de vacas representa el 110 por ciento de la capacidad instalada de los frigoríficos. Eso se va a acabar y la industria va a empezar a demandar novillos, que son escasos y más caros», subrayó.
Cambio de paradigma
Tonelli utilizó esta coyuntura como puntapié para remarcar la necesidad de un cambio radical en la ganadería argentina, enfocándose más en la exportación.
El experto afirmó que, en 11 años, la clase media mundial crecerá 75 por ciento y que eso significa mayor consumo de proteínas.
Sin embargo, si bien el stock total de bovinos se recuperó hasta 54 millones de cabezas, en línea con el promedio histórico, las existencias de novillos bajaron de 6,5 millones de cabezas en 2007 a 2,8 millones diez años después.
Para Tonelli, éste es «el tema más preocupante de todo el proceso ganadero, luego de una política agropecuaria desestimulante hacia las exportaciones». Otro dato que citó Tonelli es que, hace una década, cuando se exportaron 600 mil toneladas anuales, el 80 por ciento de los machos faenados eran novillos, participación que hoy cayó a menos del 40 por ciento.
«Es el tema más complejo a resolver; sin novillos, no hay forma de crecer en exportaciones y vamos a estar sobreofertando el mercado interno, en un camino que nos lleva a un escenario complicado de precios y rentabilidad», remarcó el consultor.
En resumen: «Mientras la ganadería siga enfocada en producir terneros, novillitos y vaquillonas gordas, vamos a un mercado interno sobresaturado, camino a llevarse la pared por delante. Argentina y el Mercosur son los únicos preparados para abastecer la demanda mundial pero producimos cada vez menos materia prima para ellos», cerró Tonelli.