El diferendo comercial entre Estados Unidos y China se va extendiendo como una marcha de aceite. Y a medida que crece va generando incertidumbre sobre más sectores.
A tal punto que la decisión adoptada por ambos países de colocar aranceles a determinados productos importados ha impactado en la maquinaria agrícola.
Por el lado de Estados Unidos, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por su sigla en inglés) recomendó que se aplique un arancel de 25% a 1.300 productos de origen chino cuyo valor de importación asciende aproximadamente a U$S 50.000 millones anuales.
El aumento de tarifas incluye a medicamentos, productos de acero, semiconductores, baterías, maquinaría agrícola, textiles y refrigeradores, hasta hornos de panadería, neumáticos, extinguidores de fuego, robots industriales y autos.
Desde el país asiático, la respuesta no se hizo esperar. China respondió con medidas que afectan a bienes estadounidenses por el mismo valor. Y el intercambio de amenazas ya está impactando en el mundo de los negocios.
Impacto en el sector
Por ejemplo, las acciones de algunas de las principales empresas de maquinaria agrícola se encuentran en el valor más bajo de los últimos tres meses, luego que de Beijing dio a conocer la posibilidad de imponer 25% de aranceles a la soja estadounidense.
Pero la preocupación viene desde hace unos días. A partir de la decisión estadounidense de elevar los aranceles al acero, John Deere teme un impacto negativo sobre su actividad y alertó sobre las posibles represalias de otros países, por lo que está trabajando “agresivamente” para bajar sus costos, según lo manifestó su presidente ejecutivo Samuel Allen.
El mayor impacto de la subida arancelaria china recaería en los productores de soja estadounidense.
China representó casi el 60% de sus exportaciones y les reportó ingresos por U$S 12.400 millones en el año fiscal que terminó el pasado 31 de agosto.
Sucede que cualquier impacto económico en el negocio sojero podría reducir la inversión en maquinaria agrícola por parte de los farmers. Ahí radica el principal temor de los fabricantes.