La Cámara Argentina de Feedlots (CAF) salió con los tapones de punta a sentar su posición sobre el peso mínimo de faena después de la polémica que se generó entre el secretario Luis Miguel Etchevehere y las autoridades de Carbap por una nota de LPO.
La mayoría de los socios de CAF sostiene que el peso mínimo de faena vigente actualmente en 165 kilos debe mantenerse sin modificación alguna. Así se desprende de una encuesta realizada a nivel nacional por la entidad a la que accedió este medio.
Si bien el muestreo evidencia distintas posiciones sobre el tema, una mayoría compuesta por un 31,7% de los socios de CAF no quiere cambios en la normativa actual, mientras que un 27,8% cree que debe ser eliminada dejando sin límites el peso mínimo de faena.
En tanto, un 20,6% de los encuestados considera que hay que elevar los pesos mínimos de uno o ambos sexos, al tiempo que un 19,8% se muestra a favor de establecer un peso mínimo diferencial y menor para la hembra (entre los 260 y 270 kilos).
Cabe mencionar que la encuesta fue contestada por escrito por un 62% de los socios de CAF, los cuales representan una producción anual aproximada de 1,8 millones de cabezas (cifra que nuclea a alrededor de un 13% de la faena nacional).
La disputa por el peso mínimo de faena llega a tal punto que no son pocos los dirigentes que disparan contra el actual subsecretario de Ganadería, Rodrigo Troncoso, un funcionario que fue directivo y referente de CAF durante muchos años.
Los feedlots fueron uno de los sectores beneficiados por el kirchnerismo mediante los subsidios que repartió la ONCCA entre 2007 y 2011. Desde ese entonces quedaron viejos recelos entre los productores y la cámara que agrupa a los engordadores a corral.
De hecho, el gobierno anterior dejó una deuda de unos $ 500 millones a los feedlots por compensaciones que nunca se abonaron después de la disolución de la ONCCA en 2011 ya envuelta en varios escándalos de corrupción.
Los feedlots siguieron reclamando el pago de dichos subsidios adeudados hasta que este año el Gobierno dispuso que, no solamente no se paguen, sino que se investiguen a las empresas involucradas por eventuales irregularidades.
Como sea, la situación de los feedlots no es nada alentadora: el nivel de ocupación en torno al 51% es el más bajo de los últimos cuatro años y el índice de reposición de animales en los corrales acumula siete meses consecutivos por debajo de los egresos.
«Desafortunadamente iniciamos otro año sin haber podido lograr las tan ansiadas bajas en los impuestos tanto nacionales como provinciales como así en las tasas municipales», reclamaron las autoridades de CAF en un comunicado de prensa.
«Las empresas atraviesan un escenario de iliquidez como consecuencia de lo transcurrido en 2018 sumado a la imposibilidad del acceso al crédito mientras nos mantenemos con tasas activas que superan el 60%», concluyeron los feedlots.