En la última Jornada a Campo del IPCVA, un productor de Entre Ríos mostró como preparó su campo natural para hacer ciclo completo y el aporte que le dio la raza Blonde D’ Aquitaine para ganar en kilos de carne.
El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina concretó una nueva Jornada a Campo en el establecimiento El Rocío, ubicado cerca de la ciudad de Hasenkamp, al norte de Paraná, la capital de Entre Ríos.
Allí se mostró un planteo basado en ‘Genética, Sanidad y Alimentación, las claves del éxito’ con un particular manejo del monte y la cría, y cruzas con la raza Blonde D’ Aquitaine.
El campo fue presentado por uno de sus dueños, Milton Schneider, quien lo maneja con su padre y hermanos, y que destacó “la importancia de la adaptación a nuevas prácticas y razas para optimizar la producción”.
Ya desde el inicio Schneider hizo hincapié en los valores de la “rubia de Aquitania” por sus excelentes índices de producción y contó que todo comenzó con la compra de reproductores de Antonieta ‘Toiny’ Huffman, una criadora destacada que presenta anualmente sus animales en la Rural de Palermo. El productor entrerriano mencionó que, gracias a los cruzamientos con esta raza, logró un rendimiento al gancho de 63,2%, superando el promedio habitual del 58%.
En términos de crecimiento, su ganado adulto presenta una ganancia diaria de 2,77 kg, mientras que los terneros alcanzan 1,77 kg diarios en sus primeros meses.
Actualmente cuenta con 400 vientres y mantiene un promedio de preñez del 92%, porcentaje que logra gracias al frame (tamaño) “más largo” de la raza de origen francés que “hace que no tenga problemas de parto”. También siguen criando Hereford, la raza que tuvieron originalmente.
Luis Rivero del Inta Paraná aportó sobre el cruzamiento con Braford: “Al combinar características deseables de diferentes razas se pueden obtener animales con mejor rendimiento, mayor crecimiento y una mejor conversión alimenticia. Braford aporta adaptabilidad y capacidad de crecimiento, mientras que la Blonde d’Aquitaine contribuye con su musculatura y rendimiento en la producción de carne”.
En otro orden, Schneider contó que el manejo apunta a maximizar el uso de recursos naturales: las vacas se alimentan principalmente de pastizales nativos dentro de un monte de 350 hectáreas, rotando en 7 parcelas de 50 hectáreas para optimizar el consumo y la regeneración del forraje. Este enfoque también incluye la suplementación mineral y la producción de rollos de alfalfa y consociadas, garantizando una alimentación equilibrada durante todo el año.
Su sistema de manejo se complementa con un feedlot “ecológico”, donde el ganado es alimentado en un entorno natural que incluye la sombra de árboles autóctonos. Sebastián Vittone del Inta Concepción del Uruguay, creador del feedlot ecológico lo define como “un sistema de bajo impacto ambiental, que consta de asignar un mínimo de 100m2 por cabeza y rotar los animales para reducir la formación de barro, la acumulación de deyecciones en superficies reducidas, minimizar olores desagradables y no contaminar el agua de napa o de cauces superficiales”.
Con respecto a la terminación del ganado, Schneider explicó que los animales son enviados al consumo interno al alcanzar entre 360 y 370 kilos. Sin embargo, su objetivo a largo plazo es poder reanudar las exportaciones, una meta condicionada por el contexto político y las restricciones actuales.
La Jornada a Campo de Hasenkamp tuvo más de 600 asistentes, con alta presencia de jóvenes, situación que fue destacada por el presidente del Ipcva, Jorge Grinberg, quien manifestó que “el futuro de la ganadería está asegurado”.
Fuente: valoragro.com.ar
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