La Red de Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA) dio a conocer una guía para la implementación de buenas prácticas en la producción de leche bovina.
“Se trata de un documento clave para la implementación de las buenas prácticas lecheras (BPL) en los tambos, que busca dar respuesta a la demanda de un consumidor cada vez más exigente”, indicó la Red en un comunicado.
En concreto, los compradores tienen interés en adquirir productos no sólo de acuerdo a su calidad final sino también a la forma en la que fueron producidos, y esto incluye a todos los procesos desde el campo a la góndola.
Por eso, “la Guía de Buenas Prácticas Lecheras es un nexo entre el productor lechero y el consumidor, ya que uno de sus objetivos es estandarizar el trabajo en los tambos para elevar la calidad del proceso de producción primaria y lograr un producto final sano y seguro”.
Según la Red BPA, el manual nació fruto del esfuerzo de más de 25 instituciones especializadas en la temática que trabajaron en su redacción, y fue el resultado del consenso de más de 90 entidades públicas y privadas que integran la Red.
Contenido
El documento abarca numerosos temas que abarca a la producción primaria de leche; fueron dos años de trabajo que se plasmaron en una guía con 13 capítulos que involucran todos los procesos del tambo, entre los que se encuentran la crianza, las vacas y su manejo, el bienestar animal, el cuidado del ambiente, las instalaciones, las personas que cumplen distintas funciones y la disposición final de los residuos, entre otros.
“Es una herramienta que permite el aseguramiento de la calidad e inocuidad de la leche y propone un cambio de paradigma: pasar de sistemas enfocados sólo en su calidad final a sistemas proactivos basados en el control, ordenamiento y mejora de procesos”, resumió la Red BPA.
Y concluyó: “La guía de BPL es una propuesta destinada a tamberos, profesionales del agro, entusiastas lecheros, operarios y aquellos inquietos, preocupados y ocupados por lograr la excelencia en un eslabón tan importante como lo es el tambo. Aún queda mucho por hacer, pero estamos convencidos de que este documento es un gran paso en el camino para una producción sana, segura, amigable y sostenible”.