Buena parte de los principales exportadores de trigo argentino vienen ofreciendo en las últimas semanas precios atractivos por el cereal nuevo con el propósito de armar posiciones que les permiten llegar cómodos a la cosecha.
Al 23 de mayo pasado, según los últimos datos oficiales, la exportación había declarado compras de trigo 2018/19 por 1,52 millones de toneladas, una cifra 3,2 veces superior a la registrada en la misma fecha de 2017 (465.600 toneladas).
Según detalla el sitio Valorsoja.com, la contrapartida de ese posicionamiento son declaraciones de ventas externas de trigo nuevo -correspondientes a los embarques programados a partir de diciembre de 2018- de 1,73 millones de toneladas.
El contrato Trigo Buenos Aires Enero 2019 del Matba cerró ayer lunes en 190,0 u$s/tonelada luego de haber tocado un máximo de 200,0 u$s/tonelada el 7 de mayo pasado, mientras que el contrato equivalente de Trigo Rosario terminó en 188,0 u$s/tonelada luego de finalizar en 200,0 u$s/tonelada el 4 y 7 de mayo. Entre ambos se operaron contratos equivalentes a 398.500 toneladas en lo que va del presente año.
Cuando los exportadores terminen de calzar las compras de trigo 2018/19 con los embarques programados en entre diciembre de este año y febrero del que viene, las «primas» que actualmente tienen los valores del trigo nuevo desaparecerán. El impacto de ese fenómeno dependerá -por supuesto- de cómo evolucione la siembra del trigo (actualmente en curso).
Los técnicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectan un área de siembra de trigo argentina de 6,10 millones de hectáreas (versus 5,70 M/ha el año pasado) con una cosecha de 19,10 millones de toneladas en condiciones climáticas normales (versus 17,7 millones en 2017/18).
Si tal pronóstico se cumple, el escenario de precios del cereal en el período inmediato posterior a la cosecha se encontrará presionado por un factor bajista de peso.