La áreas más complicadas de La Pampa y Buenos Aires recibieron acumulados de entre 30 y 50 milímetros. Desde la Guía Estratégica para el Agro, resaltaron que las precipitaciones fueron cruciales.
Desde GEA señalaron que para recomponer la situación hacían falta 150 milímetros y solo se recibió un tercio. De esta manera, aseguraron: “No alcanzan para revertir el escenario, pero permitirán reactivar las siembras de maíz y soja”.
Por otra parte, esta zona de la región Pampeana suele tener más del 50% del área sembrada con oleaginosa. En este sentido, aseguraron que en este año no había arrancado por la falta de agua.
“En una campaña sin aportes extras de humedad del Pacífico y del Atlántico, si estas lluvias no se hubieran producido, los cultivos de maíz y soja hubiesen quedado sin posibilidades productivas”, señalaron desde GEA. En La Pampa, las lluvias han dejado acumulados de 30 a 40 mm y en Buenos Aires fue fundamental para a sumar milímetros en el centro provincial.
En lo que respecta la zona núcleo, las precipitaciones llegaron a generar un acumulado de 40 a 45 milímetros que permitió combatir el estrés hídrico presente. Desde GEA señalaron que este estrés era notorio en buena parte de la región a quince días de comenzar el período crítico.
De esta manera, la caída de agua también reactivará las siembras de soja.“Necesitamos más lluvias para que los maíces cuenten con reservas en los suelos y puedan pasar enero sin daños”, comentan los ingenieros del área.