“Se cortó el flujo de nacimiento de nuevas malezas con las lluvias, pero las que estaban nacidas se rustificaron con las sequías. Vimos controles bastantes fallidos en la última gruesa; aplicaciones que fueron hechas hace un mes o treinta o cuarenta días”, explicó el Ingeniero Ramón Gigón.
Estuvimos prácticamente un año hablando de la influencia del clima, de perfiles bastante húmedos y de la influencia que esto tenía sobre las malezas. Ahora damos vuelta la hoja, y comenzamos a la inversa, con un clima extremadamente seco, donde cuidar a los barbechos de las malezas será fundamental.
¿Cómo es la actualidad de la zona?
-La gruesa ya está, entonces tenemos que pensar para adelante, en la cosecha fina y la gruesa que se viene, y que banco de semillas nos quedó en esos suelos.
Estamos con una alerta importante de Yuyo Colorado, algo que quizás se subestimó o el productor no lo estuvo viendo. Creo que el año que viene vamos a tener un problema bastante serio en este sentido, con residencia en muchos lotes que vayan a gruesa porque esta maleza es bien de verano.
Empezamos con los primeros nacimientos de Ryegrass con estas lluvias que cayeron últimamente. En los lotes que tienen mucha historia de Ryegrass estamos viendo los primeros nacimientos. Tendríamos que ir planificando si van a fina o a gruesa este año.
Rama Negra está presente en el 90% de los lotes.
Crucífera es el tercer problema porque creemos que va avanzando. Hay dos o tres especies.
Y el cuarto problema que se nos viene es el Amarantus. En algunos lotes hicimos ensayos este año y vimos un 30 o 40% de superficie del lote afectado. No son plantas, sino que son lotes complicados.
Los tratamientos que se hicieron no funcionaron porque se hicieron ya con la maleza pasada. Este es un dato para tener en cuenta, es una maleza muy complicada y hay que manejarla de otra manera. Este año estuvimos haciendo varios ensayos, pero fueron todos con herbicidas residuales.
La recomendación es que si ven que escapó este año, marcar esos lotes y poner todos los porotos en la primavera que viene porque por lo que vimos la campaña pasada, a fines de septiembre o principios de octubre, es cuando empieza a nacer. Tenemos que estar encima de los lotes y aplicar los residuales o desecante para matar cuando recién nace.
Al entrar en la fina, algo en lo que hiciste mucho hincapié el año pasado fue en la fitotoxicidad justamente saliendo de cada uno de esos cultivos
-Una vez que la maleza empieza a crecer empezamos a subir dosis, a meter mezclas, a poner herbicidas más agresivos y es cuando empezamos a ver fitotoxicidad con los cultivos.
Es fundamental el monitoreo, estar encima del cultivo. Quizás en el sur copiamos cosas que hacen en el norte y acá tenemos otros suelos y, sobre todo, otras temperaturas.
También hay que tener cuidado de no abusar con herbicidas con mucho residualidad porque puede provocar un daño en el cultivo siguiente.
Lo más importante es intentar diversificar los cultivos e ir mezclando fina y gruesa. Lo ideal sería diversificar y meter en el medio una pastura o una pradera perenne para dejar descansar y que la ecología juegue su papel.
Algo interesante son los cultivos de cobertura. Este es el tercer año que estamos haciendo ensayos sobre la competencia que ejercen con las malezas y estamos viendo resultados muy buenos.
Creo que tenemos que trabajar más en esa rotación que va de fina a gruesa y donde en nuestra zona entra el cultivo de cobertura.
¿Qué le decimos al productor que está obsesionado con el Ryegrass?
-Es fundamental hace una aplicación cuando la planta es chica. Una vez que está armada la mata es cuando empiezan a fallar todos los herbicidas.
Hay que estar encima del lote, hacer una aplicación en abril o mayo.
Lo interesante es la aparición de moléculas de herbicidas con acción residual que por ejemplo pueden entrar en trigo. Estos productos nos van a dar una mano muy grande sobre todo en el sudoeste donde tenemos graves problemas de Ryegrass.