Las megaenfardadoras son las máquinas que hoy están marcando el diferencial de rentabilidad en el negocio forrajero de Argentina.
Con una tendencia nacional en alza, la producción de megafardos se posiciona en el mercado de la alfalfa y representa la actividad de mejor resultado económico, según un análisis del INTA.
Las reservas confeccionadas por las megaenfardadoras se están imponiendo debido a los beneficios económicos que representan en materia de transporte y almacenamiento, en comparación con el rollo.
Escala
Un estudio del INTA Manfredi (Córdoba) sobre el tema, posiciona a la confección de megafardos con cutter y fardos, como las actividades de mejor resultado económico.
“Sin dudas, el precio diferencial de los megafardos, por sobre los alcanzados por los rollos de igual calidad, inciden directamente en el margen del negocio”, explica Gastón Urrets Zavalía, investigador del Grupo Recursos Forrajeros del INTA Manfredi.
Esta situación “genera la posibilidad de una actividad económica de escala para contratistas”, agrega.
“Se observa una tendencia nacional hacia una reducción de la superficie de alfalfa en los establecimientos pecuarios, por lo que el aprovechamiento de las pasturas se vuelve intensivo y demanda eficiencia de producción de este recurso”, subraya Urrets Zavalía.
Especialización
En este contexto de incremento de los volúmenes comprados por establecimientos bovinos cada vez más intensificados, resulta imprescindible una mayor especialización de aquellos productores dedicados exclusivamente a producir heno de calidad.
“Frente a este panorama, el formato de heno que irá ganando participación relativa en el mercado será sin dudas el megafardo y, específicamente, el cutteado o procesado”, indica Urrets Zavalía.
Ese formato simplifica la operación diaria de formulación de raciones y, si bien el productor debe pagar con un precio diferencial, luego recupera ese costo superior al ahorrar costos de desmenuzado, según el INTA.
