La carne de vacuno ocupa un puesto privilegiado en nuestra despensa por ser un alimento muy versátil y de increíble sabor. Sin embargo, también podemos disfrutar de sus muchas propiedades nutricionales, entre las que destaca su gran aporte de hierro, zinc y proteínas de alta calidad. Estas presentan a su vez aminoácidos esenciales que nuestro organismo no puede sintetizar de forma natural, obligándonos a suministrárselos a través de la dieta.
El resto de nutrientes que forman parte de su composición nos ayudan a crecer correctamente, cuidar el sistema inmunológico, combatir la anemia, mejorar la fuerza de los músculos, metabolizar la insulina o suministrar la energía necesaria para afrontar el día. Por ejemplo, algunos expertos aseguran que el consumo de este tipo de carne favorece la aparición de la enfermedad de Crohn, la endometriosis o la diabetes de tipo 2, entre otras.
Una forma de asegurar la calidad de la carne es recurrir a los ejemplares de ganado que lideran la industria
“Esta carne es perfectamente compatible con el seguimiento de una dieta equilibrada y saludable, como forma de aportar a nuestro organismo los nutrientes necesarios que aporta esta carne”, defienden desde Cárnicas Mulas. Una forma de asegurar la calidad de la carne es recurrir a los ejemplares de ganado que lideran la industria y cuyo proceso de producción está regulado por las autoridades competentes. Bajo esta premisa, ¿cuáles son las mejores razas de vacuno del mercado?
Charolais
Esta raza tiene su origen en Francia, más concretamente en las antiguas provincias de Charolles y Niemen. Se diferencia del resto por un pelaje corto -aunque en las épocas de frío se alarga- y de color blanco. Además, posee una musculatura sumamente desarrollada, que se focaliza en las extremidades y en el lomo de los mejores representantes. Estas características convierten al ganado charolais en uno de los favoritos “para cruzar terminales no solo en países desarrollados, sino también en la región latinoamericana por el excelente vigor híbrido de las cruzas”, explican desde el portal especializado Ganadería.com.
En cuanto a sus cualidades culinarias, la raza charolais es conocida por la alta calidad de su carne, ideal para cortes finos y un proceso de engorde excelente, muy presente en la cocina francesa. El único inconveniente es que es muy delicada en lo que al clima, las plagas y las enfermedades se refiere, de ahí que la mayoría de criaderos la crucen con otras especies.
Brahman
Considerada por muchos la ‘superraza’ dentro del ganado bovino, debido en parte a su longevidad. “La característica por la que es una de las favoritas de muchos es por su capacidad de adaptarse incluso a los parásitos, enfermedades u otras plagas que atacan a menudo al ganado. Suelen sudar hasta que se deshacen de las plagas e incluso puede sobrevivir en climas hostiles o cuando no hay comida adecuada”, explican desde La Carne de Cipriano. Desarrollada prácticamente en su totalidad en Estados Unidos, no tiene cuernos y su pelaje es de color blanco. En cuanto a la carne, esta disfruta de un increíble sabor, es tierna y muy jugosa, pues la mayoría de ganaderos realizan la crianza al aire libre y en su propio hábitat.
Aberdeen angus
Una de las más conocidas del panorama cárnico actual, originaria de los condados escoceses de Aberdeenshire y Angus. Los primeros datos de esta raza se remontan a los siglos XVII y XVIII, aunque su presencia en el mercado es anterior. Tampoco tiene cuernos, su pelaje es negro o colorado, y su constitución voluminosa y de tamaño moderado. Una de sus principales virtudes es que no acumula grasas debajo de la piel, motivo más que suficiente para gozar de gran fama mundial. De hecho, es la carne seleccionada por algunos de los mejores chefs del momento. Un ejemplo perfecto de ello es el steak tartar que cuenta con su participación, un plato sabroso y jugoso que no deja indiferente a nadie.
Avileña
En este caso estamos ante la raza bovina autóctona del centro de la Península Ibérica, que ha pastado durante años -su primer registro fue en 1970– en los prados montañosos del Sistema Central. Su peso oscila entre los 550 y los 600 kilos, su pelaje suele ser de color negro, tiene unos cuernos en forma de gancho y el tronco es profundo y musculoso. Se trata de una raza de gran dureza que está detrás de la célebre carne de Ávila, un producto con Indicación Geográfica Protegida desde 1988. Esta, al igual que el resto de cortes procedentes de dicha especie, es una de las más exclusivas debido a su terneza, intensidad y sabor.
Simmental
“La raza simmental sobresale por su alta capacidad de crecimiento, mejor formación muscular especialmente en las partes de valor comercial, buena calidad de la carne, sin exceso de grasa y con un buen porcentaje de rendimiento en canal”, aseguran desde el portal Ganadería.win. Procedente de Suiza, su crianza tiene doble propósito: la producción de leche y la de carne, ambas en igualdad de importancia. Este alto rendimiento se debe a la buena aptitud biológica que presentan sus ejemplares, que se encuentran en lo más alto de la industria desde su aparición en la Edad Media. “Sus características de rusticidad y adaptabilidad a diferentes condiciones medioambientales y de producción permitieron su rápida difusión permitiendo que hoy en día sea la raza más popular de Europa y ocupa el segundo lugar en el mundo después de las razas cebuinas”, añaden desde Agronomaster.
Fuente: El Confidencial