La fijación de más retenciones a la producción obliga a sacar la calculadora para
barajar y dar de nuevo. Más allá del impacto general que este impuesto tiene sobre toda la cadena agrícola, pareciera que la aplicación de las medidas da como resultado cierta ventaja de la soja en relación por ejemplo al maíz.
Sebastián Senesi, director de la Maestría de Agronegocios de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba), lo explicó así: «Tomando un tipo de cambio de 40 pesos y un precio de la soja que oscila entre los 300 y 400 dólares por tonelada, la retención rondaría el 28% (18% de retención base más 4 pesos por dólar exportado), lo que representa un incremento del 2,5% respecto al anterior esquema. Mientras que en maíz se incrementará del 0 al 10%. Es decir, la soja recorta un 7,5% en la diferencia que había en los derechos de exportación entre ambos cultivos».
Senesi comparó cómo los recientes anuncios afectarían el margen de ganancia de la soja y el maíz. «Tomando como referencia un rinde de 20 qq/ha, la merma es del 3% en soja con el nuevo esquema. En caso de lograr un mayor rendimiento, supongamos de 40 qq/ha, la disminución de las ganancias sería de 1,7%. Pero en maíz hay un impacto mayor.
La merma es del 30% en un rinde de 80 qq/ha y del 22% si se alcanzaran 120 qq/ha. Aun así, los márgenes brutos de maíz siguen siendo superiores a los de soja en un promedio de entre 75 y 120 dólares por hectárea de acuerdo al rendimiento, siempre que se siembren en la misma zona y en caso de que a futuro no se modifique el costo en dólares», detalló.
Aclaró que es demasiado prematuro pronosticar si este escenario impactará o no en la intención de siembra de los productores. Una buena humedad para la siembra y óptimas perspectivas climáticas hacen prever que la próxima campaña de soja se desarrollaría con normalidad. «Se estiman unas 20 millones de hectáreas y una producción que podría rondar las 54 millones de toneladas», pronosticó el especialista de la Fauba. Según sus cálculos, para ello, los productores estarían invirtiendo más de 4000 millones de dólares en insumos, la mitad se destinaría a fitosanitarios.
Con el fantasma de la última campaña a cuestas (donde por las malas condiciones
climáticas se lograron apenas 36 millones de toneladas, 16 millones menos que las
previstas), los productores se preparan para una nueva siembra en la que se espera
crezcan las sojas de segunda, a raíz de la expansión del área triguera. En este contexto, como herramienta financiera crece el protagonismo de la compra de insumos a través de canje por granos.
«Es una estrategia conveniente y equilibrada porque el que vende se asegura que va a recibir un equivalente en dólares y el productor no tiene que sacar plata de su bolsillo. Le da seguridad a las dos partes. De hecho, algunas petroleras ya han canjeado 1,5 millones de toneladas de combustible por granos», explicó.