Jaqueada por el empalme de dos inundaciones con la actual sequía, la lechería santafesina enfrenta una fuerte suba en los costos, producto de la falta de forraje (que deberá suplantarse con concentrados) y el efecto inflacionario en servicios e insumos. Aún así, los valores de la hacienda lechera en el mercado se sostienen dentro de los promedios históricos. Y si bien los tamberos no están liquidando establecimientos, se nota el desprendimiento de categorías útiles “para hacer caja”.
Así lo analizó el martillero de la Cooperativa Guillermo Lehmann, Miguel Romano, para Campolitoral. Según su visión, la lechería está complicada por la conjugación de los daños climáticos y las variables económicas. “Es imposible; uno trata de darle ánimo (al productor), pero los costos son muy elevados y los números no le están cerrando”. Aclaró que “no están disconformes”, pero “no ven plata”, dijo, en referencia a que “no les sobra” para reinvertir o crecer.
En el mercado ganadero sostuvo que “no hay liquidación de tambos”, sino la oferta normal de piezas lecheras a las que el productor echa mano para “hacer caja”. Por ejemplo vendiendo alguna vaquillona adelantada -resignándola del tambo- de pre-servicio o incluso alguna ternera.
Sobre la tendencia que muestran los valores, Romano comentó que en el único remate que tuvo en marzo le fue “mejor de lo que esperaba, con precios convenientes a lo que tiene que ser”. Al respecto indicó que las vaquillonas se venden dentro de lo que históricamente valieron, medido en precio de la leche. “Históricamente valía 5.000 o 6.000 litros; si uno toma los 5,80 a 6,00 (que cobra en promedio el productor) es lo que estoy vendiendo”, sostuvo. Y valoró que “dentro de la crisis que hay por la falta de paso”, son valores aceptables.
Sin embargo, la imposibilidad para los establecimientos lecheros de contar con forraje suficiente es un punto crítico que, sumado a el incremento de tarifas, combustibles e insumos, implica un fuerte incremento de costos. Y al no disponer de pasto, los planteos se tornan “prácticamente estabulados”, con los caro que eso resulta.