El comercio mundial se concentra en un puñado de distribuidores y “traders” que manejan alrededor del 80 por ciento de los bienes exportables y, en este contexto, Argentina solo coloca en este circuito apenas un 30 por ciento de sus exportaciones.
“Hoy la clave radica en cómo te relacionas con los grandes vehículos de comercialización de alimentos, que son firmas multinacionales o cadenas comerciales cuyo volumen de ventas supera el PBI de la mayoría de los países del mundo”, dice Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales y director de la consultora DNI.
“Además de calidad en la producción hay que tener buenas plataformas de comercialización”, agrega Elizondo acerca de la falencia que todavía presenta la Argentina a la hora de colocar productos alimenticios en el mundo.
La incorporación dentro de este circuito y entramado de redes permite derrumbar muchas de las trabas que los productos argentinos encuentran en las fronteras.
“Convertir a estas firmas en socias ayuda mucho, ya que son el vehículo ideal para que el producto llegue al público. Sobre todo en países exigentes que ponen muchas dificultades al ingreso”, sostiene.
El análisis de Elizondo tiene lugar a solo días de la realización de la feria Aliment.AR, la primera exposición latinoamericana B2B (bussiness-to-bussiness) de alimentos, bebidas y tendencias clase A que se realizará en Sudamérica. La feria se hará del 8 al 10 de noviembre en Tecnópolis, Buenos Aires, y así, por primera vez en la historia, la oferta y demanda de alimentos de Latinoamérica al mundo se dará cita en el país.
Uno de los epicentros de la oferta exportable de la Argentina, según explica Elizondo, reside en un conjunto de naciones que son grandes consumidores de alimentos y que poseen menos restricciones a la hora de importar productos manufacturados. “Ahí incluiría a países del norte de África, de Asia Pacífico o incluso de Latinoamérica -afirma el analista-. Por ejemplo, a la región del sudeste asiático”.
Pero es en Latinoamérica donde, según Elizondo, más rápidamente Argentina debería estar creciendo en términos de provisión de bienes elaborados.
“Muchas de nuestras empresas, sobre todo las PyMES, van a tener menos dificultades para entablar relaciones con estos países que en mercados más alejados, ya sea por idioma, cultura, normas legales similares, una logística menos complicada y un conocimiento previo con otras empresas que operan en la región desde hace tiempo”, afirma.
Y luego, como conclusión, añade: “Por sobre todas las cosas, tenemos que buscar aliados entre los compradores internacionales que le vendan al público mundial todo lo que nosotros podemos abastecer”.
En este sentido, el evento del 8 al 10 de noviembre en Tecnópolis cumplirá un rol clave. La exposición contará con un centro de negocios de grandes dimensiones, un sector de stands dividido en 12 rubros alimenticios del que participarán empresas de 22 países y un espacio de debate donde se llevarán a cabo seminarios, foros y jornadas.
