En una reciente entrevista, el funcionario se refirió a las exportaciones en relación al stock, la faena de madres, la demanda china y el objetivo de su gestión en materia de ventas externas y consumo interno, entre otros temas. El análisis de los yerros implícitos y explícitos, que pueden dar lugar a políticas alejadas de las necesidades del sector. Por Miguel Gorelik.
En su segunda llegada al principal sillón del Ministerio de Agricultura, Julián Domínguez le devolvió al cargo el poder político y la visibilidad que estaban eclipsados durante los casi dos años de gestión de Luis Basterra.
Aquéllo no es bueno ni malo en sí mismo, sino que depende de qué quiera hacer ese alto funcionario.
El diario Clarín dedicó su importante entrevista de los domingos a auscultar el pensamiento del nuevo ministro. Los periodistas a cargo fueron Gustavo Bazzán y Mauricio Bártoli.
Nos parece adecuado rescatar algunas afirmaciones y declaraciones formuladas allí de manera de señalar sus errores implícitos o explícitos. Este ejercicio no se hace para caer en una crítica que valga por sí misma, sino para entender algunos razonamientos que, al basarse en datos incorrectos o quiméricos, pueden dar lugar a políticas divorciadas de las necesidades del sector o de los objetivos que se dice perseguir.
Lo vamos a hacer en el orden en que aparecieron a lo largo de la entrevista publicada.
- “Le repito. Esto requiere el sacrificio de todos los sectores de la sociedad y hay que armonizar intereses. Estamos todos en eso. De mi parte enfrentamos este momento impulsando la producción con más financiamiento en condiciones muy favorables, hasta ahí llego yo. Sí puedo decir que garantizo un futuro con más producción.”
Esta afirmación la tomamos como una declaración de deseos ya que no hay nada en la política actual que asegure ese mayor financiamiento conveniente y, de todas formas, la financiación es sólo uno entre muchos factores que pueden incidir en una mayor producción.
- “En el año 2018 exportamos el 27% del stock, en 2019 perdimos medio millón de cabezas y exportamos el 29% del stock, este año vendimos el 28% del stock.”
Las exportaciones representaron esos porcentajes, pero en relación a la producción de cada año, no en relación al stock, que no tiene nada que ver. El stock es mucho mayor a la producción de cualquier año. Puede que se trate de un error de dicción, pero parece raro viniendo de una persona tan experimentada. Puede terminar siendo un argumento falso para buscar un objetivo distinto.
- “El problema es que estábamos exportando madres preñadas. y causando un deterioro en la relación del stock y madres. Estamos sufriendo una pérdida progresiva de cabezas de ganado. El año 2020 fue el año de mayor exportación de carne y en 2021 estaremos levemente por debajo. Pero hay que trabajar en la recomposición del stock.”
No existe ninguna estadística que demuestre que sea cierto lo de la exportación de vacas preñadas. Directamente, esta estadística no se lleva. Puede estar tomando un mito que se barajó bastante a lo largo de 2020 con motivo de la demanda china por carne de vaca y que, con la estimación del stock a fin de 2020, se demostró erróneo. Con respecto a la recomposición del stock, Domínguez pasa por alto que eso ya viene sucediendo desde 2011, tras la liquidación histórica de 2008-2009, cuando medidas de este tipo la forzaron. Y que tomó más ritmo desde 2016, con otras políticas. En 2018 se logró recuperar la mitad de lo perdido en aquella oportunidad y luego hubo una baja menor en 2019 y la caída de 2020 se debió a preñeces y pariciones afectadas por el clima y no por decisión de los productores. Y que no parece posible seguir con el crecimiento de las existencias con medidas que restrinjan las exportaciones.
- “El stock se achica cuando se venden madres. Y eso se explica porque China es una demanda infinita, es una aspiradora sin límite de todo lo que está a la venta.”
Parece difícil concordar en que la demanda china de carne vacuna sea infinita. Es muy importante, sí, y ha crecido rápidamente en los últimos 8-10 años. Pero de ahí a ser infinita…Por otro lado, con un stock de 23 millones de vacas, se deben destinar a faena no menos de un 10% de vacas que se “jubilan”. Y esto es lo que ha sucedido durante los últimos 5 años, con un promedio de 2,3 millones. Inclusive la faena en 2020 fue 10% menor a la de 2019. Con lo que el remedio siempre lo puede poner el mercado.
- “Australia frenó sus exportaciones por la caída de su stock.”
Lo que no dice es que lo hizo por la sola fuerza del mercado. Australia se encuentra en un fuerte proceso de recomposición de stocks tras dos años de fuertes sequías. La menor oferta para faena redundó en precios muy altos de la hacienda. Desde hace un año que el novillo australiano es consistemente más caro que el estadounidense y que el europeo, lo que es una anomalía en términos históricos. Eso ya le resta competitividad a la industria, lo que redujo aún más sus embarques. A lo que hay que agregar sus problemas políticos con China que le restaron una parte de sus ventas externas. No hubo ninguna medida del gobierno en el sentido de la que tomó éste desde mayo.
- “El freno se liberó.” y “No hay ni cepo ni restricciones.”
Estas dos afirmaciones no son verdaderas. Ni siquiera vale la pena refutarlas. Cómo se entienden, si no, el cupo del 50% de lo exportado en el segundo semestre de 2020, el cupo para Israel, el cupo para vaca D y E? Para qué todos estos decretos y resoluciones si eso fuera cierto?
- “Ningún país, aún los más desarrollados, permiten que la demanda de una aspiradora sin límite defina el modelo de crecimiento.”
Cautamente no da ningún ejemplo. Porque no hay país desarrollado que ponga límites a sus ventas al exterior cuando hay un salto en la demanda.
- “Queremos llegar a exportar un millón de toneladas”
Ésta es una afirmación vacía de contenido en el contexto de restricciones a las exportaciones. Además, proviene del mismo Gobierno que anunció hace pocos meses un plan ganadero para producir cinco millones de t, de lo que se colegía que se podrían exportar dos millones. Queda claro que se barajan números sin ton ni son.
- “Hay un consumo consolidado en 50 kilos por año y por persona y me parece que es un nivel que vino para quedarse, porque hay una reconversión en la dieta.”
Coincidimos con esta apreciación. Pero entonces ¿a qué vino todo el tema de proteger la mesa de los argentinos cuando el consumo se mantuvo todo el tiempo en el eje de ese nivel? Hubo un par de excepciones puntuales que tuvieron que ver más con la faena de esos meses que con una tendencia del consumo y que fue compensado en los meses subsiguientes. Además, el consumo de carnes totales se ubica en los primeros lugares del ranking mundial.
De esta entrevista, de la que no dudamos que el Ministro se debe haber preparado para enfrentarla, surgen algunas verdades, medias verdades y mentiras completas.
De todas formas, a nuestro entender, no hay definición más clara que la que dio Domínguez pocas horas después de conocerse su nombramiento, en el sentido de que no permitirá que se exporte más del 22 ó 24% de la producción. r
Esto significa imponer una caída del 25-30% desde los niveles alcanzados en los 12 meses previos a los anuncios.
Y es muy difícil atraer inversiones o generar trabajo con ese techo.
Por Lic Miguel Gorelik, Director de Valor Carne