Los frigoríficos exportaron mucha carne en agosto para aprovechar la baja de retenciones, pero sigue siendo difícil competir y el negocio vuelve a frenarse
Una golondrina no hace verano. Las exportaciones de carne vacuna de agosto superaron las 80 mil toneladas res con hueso. Fue entonces uno de los 5 meses mejores meses en ventas al extranjero de la historia. Pero la situación no se sostendría en los meses que vienen.
Mario Ravettino, presidente del Consorcio de Exportadores ABC, dijo que el volumen fue consecuencia de exportaciones certificadas en julio pero postergadas para agosto a la espera de poder obtener el beneficio de la quita de derechos de exportación, en el caso de la carne de vaca que va a China, y de la reducción del 25%, en la carne de novillos que se envía a Europa.
Hubo cierta mejora por estas medidas en la competitividad, dijo el referente de la industria cárnica, pero “en línea generales la situación no cambió porque el dólar continúa marchando a un ritmo menor al de la inflación, mientras tenemos incrementos de costos salariales, energéticos”.
Con el valor del dólar actual, el kilo de carne de novillo en gancho, dicen los frigoríficos, les cuesta más de 4 dólares, es decir un 5% más caro del que pagan los exportadores en Uruguay y mucho más caro que el de Brasil y Paraguay. Lo mismo sucedería con la carne de vaca.
En la misma línea se expresó Miguel Gorelik, analista de Valor Carne: “El número de agosto no es consistente con las condiciones del negocio”.
Además la integración de la media res para el negocio de exportación se complicará en adelante porque ya se fueron del país las cuadrillas de rabinos para la faena kosher.
En este contexto, la competitividad del negocio no es buena y ya se acumularon varios meses en estas condiciones. Mientras tanto hay otros países que aprovechan para ocupar espacios.
Es el caso de Bolivia, que de acuerdo a lo que señaló el consultor Rafael Tardáguila incrementó sus ventas de carne congelada a China un 77% este año. Ya llega a las 10.000 toneladas mensuales.
Si bien el país asiático no está pagando buenos precios, sigue importando cantidades crecientes. El veterano analista Ignacio Iriarte indicó que entre enero y agosto, según la Aduana china, se compraron 1,9 millones de toneladas, lo que significa un incremento de 5% pero con precios 10% más bajos en el promedio de estos 8 meses.
Fuente: Bichos de Campo
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