Buscando limitar las emisiones a 1kg de CO2/comida, la mitad del nivel registrado en ediciones anteriores, los organizadores del evento pretenden servir 13 millones de comidas con una menor proporción de proteínas animales y una mayor de proteínas vegetales. «Está de moda», según catedráticos.
Los Juegos Olímpicos de París, previstos para julio de este año, tienen como uno de sus objetivos la reducción del consumo de carne.
Buscando limitar las emisiones de carbono por comida a 1 kg de CO2, la mitad del valor registrado en ediciones anteriores, los organizadores del evento pretenden servir 13 millones de comidas con una menor proporción de proteínas animales y una mayor aportación de proteínas vegetales. Según los organizadores, la intención sería responder a la «mayor emergencia climática de todos los tiempos».
Para los diferentes públicos se establecieron objetivos específicos: el 60% de las comidas disponibles para los espectadores serán vegetarianas; para voluntarios, medios de comunicación y empleados, la tasa es del 50%. Además, se fomentará la comida vegetariana en la Villa Olímpica y en las sedes de competición.
Para el profesor brasileño Daniel Vargas, de la Fundación Getulio Vargas, la iniciativa de París refleja una «moda» que atiende principalmente a los consumidores franceses de altos ingresos, que tienen a su disposición diversas fuentes de proteínas, una realidad lejana de muchas partes del mundo donde el hambre y la desnutrición apremia.
Al elegir la carne como villana ambiental, la decisión de los organizadores de estos juegos puede reforzar los prejuicios y la desinformación sobre la proteína animal, ignorando su papel en la dieta global y sus contribuciones ambientales, informó Pecuaria.
Fuente: Fax Carne
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