Tras la extensa ola de calor, acompañada de sequía, que puso en riesgo la cosecha 2023/24, llegaron acumulados que hasta superaron los 200 milímetros en algunas regiones del país.
Numerosas tormentas, con lluvias intensas, se sucedieron en las últimas horas en diversas zonas del país y volvieron a renovar el ánimo en los productores que veían cómo los cultivos estaban entrando en una situación límite tras la ola de calor, combinada con ausencia de precipitaciones.
Los mapas de las últimas 48 horas informados por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) muestran que todas las zonas con producción agrícola extensiva del país se llenaron de agua.
Como ejemplo puntual, además, la Administración Provincial de Recursos Hídricos (APRHI) de Córdoba mostró que, en esa jurisdicción, hubo una localidad –La Para– en la que cayeron más de 200 milímetros.
LAS LLUVIAS, UN “RESPIRO”
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), Cristian Russo, subrayó que “las esperadas precipitaciones comenzaron a materializarse, ofreciendo un respiro tan necesario para los cultivos”.
En un informe dado a conocer el viernes por la tarde, afirmó que las últimas 24 horas han registrado acumulados significativos de hasta 80 milímetros en algunas áreas, y celebró que este cambio en el patrón climático llega en un momento que era crítico.
Sucede que, según otro reciente informa de la GEA, había un 10% del área sembrada con soja de segunda que estaba en riesgo de perderse, lo mismo que ya se advertía un deterioro notable en muchos planteos de primera.
La situación era igualmente grave para el maíz, con un alto porcentaje del cultivo en floración y enfrentando incertidumbres sobre su desarrollo final.
“El regreso de las lluvias, aunque desigual, podría marcar un punto de inflexión. Los pronósticos indican que la inestabilidad climática continuará, con lluvias intermitentes en el corto plazo y pronósticos de precipitaciones más generalizadas para el sábado y nuevamente el lunes. Este patrón de lluvias podría ser clave para la recuperación de los cultivos, especialmente si se mantienen durante la segunda semana de febrero, como sugieren los expertos”, agregó Russo.
De todos modos, no se puede soslayar que, para muchos lotes, llegan tarde: el período de estés hídrico más la ola de calor dejaron huella, con amarillamientos y muerte de plantas en áreas significativas.
“La región pasó de tener reservas de agua abundantes a enfrentar una sequía en casi la mitad de su territorio, evidenciando la vulnerabilidad de la soja de segunda y los desafíos para la soja de primera en momentos clave para la definición de rindes”, explicó el experto de la GEA.
Fuente: Infocampo
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