La ganadería argentina deberá enfrentar una serie desafios en los próximos años para adaptarse a un contexto en el que los consumidores, tanto locales como internacionales, definen nuevos requrimientos. Este factor será clave si el sector desea retomar la senda de crecimiento y volver a un puesto de protagonismo a nivel mundial.
En este sentido, el consultor ganadero Roberto Guercetti, compartió en el marco de Expo Inversiones los pilares que van a definir a la ganadería del futuro, enfocandose en el caso Conecar.
LOS TRES PILARES DE LA NUEVA GANADERÍA
Bioeconomía en los agronegocios
La bioeconomía tiene la llave para que Argetina sea el supermercado del mundo. Guercetti considera como fundamental que la cadena de ganados y carnes trabaje en un círculo virtuoso de economía circular, intengrando todos los eslabones desde la agricultura hasta el consumidor, pasando por el criador y el recriador.
En este circulo, la producción de biofertilizantes y bioenergia cobra real protagonismo: «Hay empresas que ya han comenzado a indagar actividades ganaderas previamente empezando con un biodigestor y con un contrato con renovar. Esto hace que el biocombustible sea también un valor agregado a esa cadena virtuosa que es la economia circular o bioeconomia«.
«Esto se logra también gracias al consumidor externo que nos obliga a que eso pase, cosa que anteriormente no había necesidad«, agregó el consultor ganadero.
Guercetti se refirió al rol de Conecar dentro de la cadena: «Esta transformación se da también en el rubro que nosotros más conocemos. El corral hoy no cierra como unico eslabon porque las ecuaciones hoy son negativas. Hoy producimos compramos invernada a $55 y vendemos a $48, es un numero que no cierra».
Esto obliga a Conecar a hacer cosas diferentes y, a modo de ejemplo, agregar valor con los desechos.
«Debemos buscar la forma de integrar la cadena. El criador y el recriador comienzan a ser parte del juego, porque si no cierra uno de los eslabones la cadena no continua», comentó Guercetti y ejemplificó: «Al frigorifico le conviene exportar en el contexto actual de dólar alto pero necesita la materia prima. Pasa a ser un jugador que si necesita los novillos los va a tener que producir. De hecho muchos de los animales que están en la hotelería hoy en día son de los frigorificos exportadores«.
Esta transformación en la cadena se ve también en el alimento del ganado. En los años 90 el maíz ocupaba el 90% de la dieta de la nutrición de la hacienda y un 10% era concentrado. Luego se comenzó a hacer un alimento más completo con subproductos de la producción de alimentos y desde hace 7 años que irrumpe la industria de los biocombustibles el maíz pasa como producto entero a ocupar solo el 30%, mientras que el resto se divide de la siguiente manera:
- 27 % Burlanda(DDGS)
- 12% Germen Maiz
- 7% Pellet Trigo
- 6% Pellet Girasol
- 4% Fibra
- 2% Premezcla
De esta forma, «se produce el noble cambio sobre el grano que tenia la diyuntiba de para si el fin era para alimento o energia. Pasó a producir primero energia y luego alimentos».
«Fueron cambiando las cosas de una manera positiva, para darle un marco a esta nueva economia«, destacó Guercetti.
Tecnología aplicada a la gandería
La actividad ganadera está en etapa de despegue en el país. “Precisión” es la palabra que engloba los acontecimientos que ocurrirán en el sector: «Sin duda la ciencia y la tecnología ocuparán un lugar relevante. La ganadería de precisión es una oportunidad para emular la transformación que logró la agricultura».
Se trata, entre otras cosas, de una ganadería que va a tener que manejar muchos datos y en un contexto de números que se muestran cada vez más finos.
«Debemos levantar la tasa de destete que hoy esta en un 60%. Esta bien reclamar porcentajes menores en el tema impositivo, pero también tenemos una ‘carga impositiva’ interna que es la falta de eficiencia y eficacia, que hace que tengamos indices muy bajos de tasa de destete y cometemos errores como faenar animales de 300 kilos».
Guercetti destaca que el peso de faena en nuestro país es la mitad del promedio a nivel mundial: «No se puede hacer tantas cosas anormales y pretender ser un país que compite en el ambito intarnacional. Las regulaciones tienen que ser en favor de politicas de largo plazo y las acciones de los productores también tienen que estar enfocadas en el largo plazo».
En el caso Conecar también se pueden ver ejemplos de aplicación de tecnología para lograr una mayor eficiencia. En un convenio con la empresa Bosh se van a traer al país balanzas ganaderas: «Los animales se pesan solos y se puede seguir a través de un celular. Es una tecnologia que no se aplicaba a la ganadería y hoy se requiere por lo que desde Bosh empezaron a producirlo».
Otro ejemplo de ganadería de precisión son «jeringas inteligentes» que permiten a medida que avanza la vacunación de los animales queda registrado de forma directa en una aplicación: «Es una desarrollo realizado en Argentina».
Esta información podría ir directamente a Senasa y ser una credencial que Argentina presente al mundo como uno de los estandares que formen parte de la nueva ganadería.
«La caravana electrónica permitiría que estos equipos se pueden utilizar y tengan valor. Es identificar al animal. Tiene que ser obligatoria. Va a ser algo que van a pedir los mercados».
Claro esta, que para todo esto, hará falta recursos humanos calificados que puedan atender las necesidades que se vayan presentando.
Sustentabilidad y necesidades del mercado
Las certificaciones son un aspecto clave en el caso de Conecar: «Son el documento que demuestra que hacemos las cosas de una menera o de otra. Sin esos papeles no somos creibles». «Para crecer tenemos que exportar y este factor nos posiciona de manera diferente», agregó Guercetti.
En este sentido, será importante la vinculación Publico-Privado-Académico-Científico: «Tenemos el polo tecnologico más importante del mundo y a veces no nos damos cuenta».
En esta nueva ganadería el manejo de los desechos que produce cada establecimiento puede llegar a volverse una medida para arancelaria en el futuro, ya que puede comenzar a ser un requisito de los países compradores de nuestro país.
El bienestar animal es otra de las certificaciones que no se tenian en cuenta y que cobra importancia en los próximos años: «Va a ocurrir y es bueno estar preparado».
En este juego se suman los nuevos consumidores: «Hay mucha gente joven que tiene otras costumbres y con otras exigencias que busca elegir de otra manera. Lo va a poder determinar con solo poner el celular sobre la etiqueta y poder ver que las certificaciones fueron registradas«.
«Debemos determinar cómo queremos llegar a ese consumidor que nos va exigiendo con una caja para que sea más facil cocinarlo ya que tiene otros compromisos y otros tiempos para dedicarle comparado con lo que se le dedicaba antes», agregó.
Este factor va a poner las pautas de cómo tenemos que producir. En este sentido, Guercetti graficó un ecoetiquetado en Brasil sobre un producto de la industria avícola, que ya tiene esas exigencias.
«Estas exigencias se tienen que dar en la carne que es un producto estrella en nuestro país».
El ejemplo que se puede ver a continuación se va a ofrecer en una carniceria boutique en Rosario, El Chañar: «Tenemos que ir por algo diferente, que emule al ejemplo del pollo en Brasil. Este caso es real, estamos certificados con bienestar animal. Un producto 90% natural».
En Conecar se encuentran trabajando en aditivos de productos naturales para llegar a certificar el 100% natural: «Argentina no usa anabolicos pero no se lo cuenta a nadie. Es una ventaja que no la capitalizamos, el 0% anabolitos va en la etiqueta». En tanto, «el 0% antibioticos lo estamos desarrollando con una empresa holandesa».
«Debemos exportar productos en caja y no tanta carne sin marca. solamente llamada carne».
CONCLUSIÓN
«La ganadería tiene todo para crecer más allá de que la coyuntura actual no acompaña», destacó Guercetti y agregó: «Hay que salir de coyuntura, con decisiones que no son de alto costo y si de un alto beneficio». «Estuvimos muchos años lejos de los mercados internacionales y ahora debemos volver a adecuarnos».
«Debemos certificar normas con empresas del exterior que todavía no lo estamos capitalizando pero ya estamos preparados para eso. El productor mediano no sabe que lo puede hacer y sin demasiado costo», concluyó.