La Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra) renovó su pedido de medidas que mejoren los niveles de formalidad en el sector, a través de una mirada integral que se enfoque en cuestiones tanto sanitarias, como fiscales, comerciales y laborales.
En su editorial mensual, firmado por su presidente Daniel Urcía, deslizó que los datos de faena del primer semestre sugieren un alto nivel de informalidad, debido a la gran cantidad de empresas que por el volumen de trabajo informado no podrían cubrir la totalidad de los costos que hay que solventar para cumplir con todas las normativas y obligaciones que rigen al sector.
Según Urcía, entre enero y junio hubo 199 mataderos que faenaron menos de mil animales por mes, y que representan más del 50 por ciento de los establecimientos registrados en la Dirección de Control Comercial Agropecuario (DNCCA).
“Con ese número de faena tan reducido, es difícil suponer que puedan generar los recursos suficientes para su debido funcionamiento y para el cumplimiento de las normas sanitarias, laborales y fiscales correspondientes y necesarias”, remarcó.
Para justificar su opinión, el directivo de Fifra hizo las siguientes cuentas: mil animales representan una producción de 225 mil kilos equivales res con hueso. Cumpliendo todos los requisitos formales, allí deberían trabajar un mínimo de 30 personas que teniendo en cuenta los costos de salario, contribuciones, ART y previsiones de aguinaldo, cada una significa una erogación de 100 mil pesos mensuales.
“Eso significa tres millones de pesos mensuales, pero con el valor que tienen los subproductos (cuero, sebo y hueso) no se recupera ese importe. El problema no es sólo el bajo valor sino también el reducido volumen de subproductos que logran, lo que no genera interés para que se lo compren porque el flete termina siendo más caro que la carga”, describió Urcía.
Y completó: “Pusimos el ejemplo con 1.000, invitamos al amigo lector a revisar los números y encontraran que muchos de esos 199 están por debajo de los 500 animales mensuales de faena”.
Por eso motivo es que insistió en trabajar en la formalidad del sector, a través de “una mirada integral, sanitaria, fiscal, comercial, laboral, con información en tiempo real y capacidad de actuación en igual tiempo”.
“Si no se hacen estas correcciones, hablar de distribución de la carne en cortes es una utopía, hablar de ser más eficientes y agregar valor también, que esos mataderos generan empleo es una gran mentira, pero también es cierto que, para favorecer el desarrollo de aquellos mataderos que pueden tener desarrollo, las autoridades locales se tienen que involucrar y controlar la faena clandestina o en el campo”, reflexionó Urcía.
Cueros
Por otro lado, el presidente de Fifra le pidió al Gobierno que extienda el permiso para exportar cueros crudos salados sin pagar retenciones. El plazo original, de 60 días, está próximo a vencer.
“Lo dijimos en su momento que era positiva la medida pero su plazo de vigencia exiguo. Hay muchas empresas que iniciaron los trámites de habilitaciones para poder exportar y todavía no consiguieron realizar las operaciones, pero hay otras en condiciones de hacerlo si el plazo permitido fuera mayor”, remarcó.
Sobre este punto, recordó que el cuero ha perdido valor comercial y el peligro no es que no se pueda exportar, sino que se haga una mala disposición del mismo.
“Si se lo pudiera exportar ingresarían divisas que podrían ser utilizadas en el pago de la mano de obra de salado y el costo logístico, dando trabajo a muchas personas. Discontinuarlo ocasionará pérdida de puestos de trabajo, un lujo que en estos tiempos de pandemia no deberíamos permitir”, consideró Urcía.