La eficiencia de un establecimiento de cría bovina está determinada fundamentalmente por la cantidad de terneros que se producen, y uno de los factores que inciden directamente en este resultado es la capacidad reproductiva que tengan las vacas y los toros del rodeo. En este sentido, el toro merece un capítulo aparte, debido a que su performance individual tendrá una gran incidencia sobre los resultados finales. Si una vaca falla se perderá un ternero, mientrasque si falla un toro las pérdidas puedenser mayores, teniendo en cuenta que se esperaque en el campo preñe entre 25 y 35 vacas durante la temporada de servicio.
En nuestra realidad, es común que los problemas que afectan al toro se identifiquen en el momento en que se realiza el diagnóstico de gestación. Si hubo fallas durante el servicio recién se constatan en este momento, obteniendo como resultado un bajo porcentaje de preñez, llegando tarde a la identificación del problema, con el consiguiente impacto económico.
Duración del servicio:
Lo ideal para mejorar la fertilidad del rodeo es efectuar, si las condiciones del campo y del rodeo lo permiten, un servicio de no más de 3 meses. De esta forma, la estación de parición será también de 3 meses, con lo cual se facilita el manejo del rodeo y de su alimentación a lo largo de todo el año, haciéndolo coincidir con la época de mayor oferta forrajera para que tanto los vientres como los toros lleguen en una buena condición corporal.
La decisión del porcentaje de toros que se va a emplear suele estandarizarse en un 3%. Sin embargo, algunos autores sugieren que sería conveniente aumentar el porcentaje a un 4% en el caso de existir factores que pudieran llevar a un mayor aislamiento entre grupos de vacas en celo y toros, como la geografía del lugar o la utilización de potreros muy extensos con monte o sierra.
Decidido el porcentaje de toros, se deben echar todos juntos pudiendo, después de la mitad de la estación de servicio, ir disminuyendo el número hasta 1-2%, lo que será suficiente para el número de hembras que habrá en celo al final de dicha estación.
Identificación:
Es fundamental poder detectar cada toro desde que ingresa al establecimiento hasta que se da de baja o muere. Esto permite saber con certeza y en cualquier momento, en qué rodeo estuvo dando servicio. Esto es muy útil para el reconocimiento a campo, frente a la ocurrencia de algún problema.
Individualidades:
Algunos toros sirven a las vacas con una sola monta y después se desplazan en busca de otra, permitiendo que otros toros monten a esa hembra. Otros, especialmente algunos jóvenes sin experiencia, copulan repetidamente con una sola hembra, pudiendo agotar sus reservas seminales, antes de dirigirse a otra vaca en celo. En cambio, otros caminan por extensos potreros en busca de vacas en celo, a diferencia de los más viejos que esperan a las hembras en celo en las aguadas o reparos. Otros prefieren incorporarse al grupo de toros a pelear.
Jerarquía:
Es fundamental la observación de jerarquía social entre los toros, ya que pueden ser dominantes o dominados, y esto puede comprometer el desempeño en el entore. Entre los toros de 2 años de edad, la falta de jerarquía es mayor y necesitan más tiempo para ser equilibrada. Los toros pelean más cuando no pertenecen al mismo lote de origen. Ya en los toros adultos, la jerarquía se estabiliza con más facilidad y, por lo general, cuando son distribuidos en lotes de vacas no se producen muchas agresiones. Sin embargo, muchas veces, las disputas no son visibles y apenas se producen en el momento de la monta, cuando un toro es dominante. Si los toros dominantes presentan patologías que no les permitan “trabajar” normalmente, hay riesgo de tener una disminución en las tasas de preñez, ya que no dejan trabajar a los dominados.
Además hay que contemplar que los animales astados dominan sobre los mochos y lo mismo sucede con los británicos que dominan a los cruza.
Toro con lesión óseo-articular en miembro posterior izquierdo, secundario a un traumatismo ocurrido durante el servicio. Posteriormente se corroboró una fractura del fémur.
Recomendaciones para el recorredor:
Es importante tratar de formar al personal de campo, y remarcar la importancia que tiene su participación y registro de información durante la temporada de servicio.
- Verificar que cada toro pertenezca a ese rodeo y no se pase a otro, luego de haber realizado la distribución de los mismos.
- Hacer trotar para ver si claudican.
- Observar y notificar sobre lesiones en prepucio, pene y testículos, para ver si se justifica la intervención o remoción del servicio.
- Observar que todos los toros realicen la monta completa, que incluya “estocada” para confirmar su normal funcionamiento, y en ese momento ver si exterioriza el pene, por si hubiera alguna lesión.
- Ver el comportamiento individual de cada toro.
- Identificar si hubiera algún toro agresor, para sacarlo del rodeo.
- En el caso de observarse alguna alteración de los puntos anteriores, retirar el toro, y reponerlo sólo si el problema ocurre dentro de los primeros 40 días (asumimos que el rodeo está sano y bien alimentado). Si se retira el toro luego de los 40 días de iniciado el servicio, no sería necesario reponerlo.
- En algún rodeo donde haya un solo toro dando servicio se debería aumentar la frecuencia de recorridas (2 diarias) para tratar de detectar su correcto funcionamiento.
- A los 40 días de iniciado el servicio se debería notar menor actividad sexual.
- Evitar la rotación de toros por los rodeos, ya que de esta forma se propagan las enfermedades venéreas sin detectar la fuente de las mismas y se rompe el orden social existente en la torada, con las consiguientes peleas para establecerlo.
Para tratar de identificar varios de los aspectos mencionados anteriormente, se recomienda la revisación clínica previa de los toros y/o la realización de la prueba funcional de monta o de capacidad de servicio, previo al comienzo de la temporada de servicio.
Fuente: INTA | Fermín GONZALEZ CAYSSIALS, Pablo FERREYRA, German Jose CANTON