En Alfa El Edén pueden confeccionar de 80 a 90 megafardos por hora, con un promedio de 600 kilos de alfalfa cada uno. Miden 90 centímetros de altura y conservan lo máximo que se puede esperar de un heno. En Experiencia Forrajera, este proveedor de fardos habló de su obsesión por la calidad.
En Alfa El Edén pueden confeccionar de 80 a 90 megafardos por hora, con un promedio de 600 kilos de alfalfa cada uno. Miden 90 centímetros de altura y conservan lo máximo que se puede esperar de un heno. En Experiencia Forrajera, este proveedor de fardos habló de su obsesión por la calidad.
Nicolás Cerino pertenece a esa estirpe de contratistas forrajeros que se apasionan con hacer las cosas bien. Oriundo de Tránsito, Córdoba, integra Alfa El Edén, una empresa que incluye a toda la familia: él, su padre y hermano realizan las tareas a campo, y su madre se encarga de la administración.
En la última jornada Experiencia Forrajera organizada por CLAAS, Cerino contó que comenzaron hace 12 años dedicándose a la producción de megafardos de alfalfa y no pararon más. “En ese momento, arrancamos prestando servicios; hoy, nos enfocamos en producir los megafardos, sobre todo para tambos”, relata.
Cerino tiene puesto el foco en la calidad como un mandato inquebrantable, casi como una obsesión. “Estamos trabajando en conjunto con los tambos de la zona de Marull, Freyre, Porteña (Departamento San Justo – Córdoba) pero también mandamos a provincia de Buenos Aires. Siempre hablando de primera calidad, tratando de lograr una alfalfa en el rango de humedad óptimo, que esté libre de malezas y con buenas proteínas para las vacas. Lo que sale de segunda calidad, va para los feedlots”, explica.
Para su trabajo cuenta con una QUADRANT 3300 RC de CLAAS, la megaendardadora que ha demostrado ser la solución inteligente para potenciar la calidad del forraje. El staff fierrero de los Cerino se completa con tres rastrillos (uno de ellos giroscópico) y transporte propio para distribuir su producción en la zona.
La campaña de este año vino complicada por el clima. “Arrancamos muy bien, en el primer y segundo corte logramos muy buena calidad; pero después empezamos a renegar por las lluvias, que fueron de pocos milímetros, pero muy consecutiva. Entonces nos afectó la recolección porque cuidamos mucho la calidad”, enfatizó.
Su preocupación tiene un sentido. En la ganadería, el ensilado es cada vez más importante, y exige una alta calidad para estabilizar o incluso incrementar la producción lechera. “Los tambos necesitan alfalfas de primera calidad y queremos estar siempre a la altura. Por eso, nos preocupa que las lluvias no afecten significativamente nuestro producto”, señaló.
A pesar de lo difícil que se presentó la campaña, Nicolás es optimista y apuesta a seguir creciendo. “Hoy hacemos entre 12 y 15 mil megafardos por año, y apuntamos a hacer 20 mil megafardos. Siempre y cuando “la cantidad no vaya en detrimento de la calidad”, finaliza, como si no hubiese quedado claro cuál es la idea fija.
La henificación es uno de los métodos ancestrales para la conservación de pasturas. Pero cada vez más, la alta calidad nutritiva debe estar acompañada de bajos costos. A esto apunta la megaenfardadora QUADRANT 3300 RC, que en el mismo tiempo puede procesar un 30% más de forraje que el modelo antecesor.
Uno de los factores que más afecta a la calidad de los henos es la cantidad de hojas que se pierden en el proceso. En las megaenfardadoras, cada golpe del pistón principal que comprime al forraje asegura que las hojas no se pierdan. Si esto se suma a la posibilidad de realizar una mayor cantidad de fardos por hora, estamos incrementando la cantidad de pasto que se henifica en la ventana óptima de trabajo y por ende la calidad de la producción.
El menor costo de transporte por kilo de materia seca es otra de las ventajas de los megafardos, fundamentalmente porque posibilitan henificar un 45% más de forraje por unidad de volumen que los rollos (250 kg/m3 vs 170 Kg/m3). A la mayor densidad se suma que la forma prismática del megafardo (respecto a la cilíndrica del rollo) permite una mayor eficiencia en el uso del espacio en el camión. Esa reducción del costo de transporte impacta tanto en el forraje que se consume en los feedlots y tambos argentinos como en el que se destina a la exportación. Cada vez es más frecuente que los henos provengan de 300 o 400 km de distancia, dado que por costo de oportunidad de la tierra los lotes propios de estos establecimientos suelen dedicarse a la producción de granos, en tanto que prestaciones como la de Cerino crecen y son muy valoradas.
La megaenfardadora de Cerino confecciona de 80 a 90 megafardos por hora, con un promedio de 600 kilos cada uno –si se trata de alfalfa-. La capacidad de la QUADRANT se debe a que se encuentra abastecida por un recolector más ancho, de 2,35 metros. De esta forma puede captar andanas de mayor volumen, que son necesarias para que el equipo exprese sus bondades. El recolector se comunica con el sistema de alimentación Roto Feel, un rotor de 25 cuchillas de acero al boro con endurecimiento doble y púas dobles de cuatros estrellas en espiral que acelera el material hacia la precámara de compactación. Una vez que el pasto ingresa a la cámara, el sistema de compactación opera con un pistón accionado por la transmisión principal (51 rpm) y permitiendo que la presión que se ejerce sobre la cámara de prensado sea regulable, logrando la densidad adecuada de acuerdo al tipo de forraje y su contenido de humedad.