El encuentro entre el secretario de Estado norteamericano Rex Tillerson y el Gobierno argentino generó algunas expectativas en torno a un principio de solución al cierre del mercado norteamericano al biodiesel nacional. Tanto el canciller argentino, Jorge Faurie, como el presidente, Mauricio Macri, dejaron entrever que, al menos en el corto plazo, Argentina no presentará una demanda en la OMC.
Desde el oficialismo se encargaron de dejar en claro que se trata de un gesto de buena voluntad, en el marco de una relación comercial entre nuestro país y Estados Unidos que se caracteriza por una marcada asimetría. En este escenario, el Gobierno nacional busca de manera insistente una apertura comercial frente a una potencia cada vez más proteccionista.
En realidad, este pretendido “gesto de buena voluntad” es sólo de palabra. Hasta que Estados Unidos no confirme la medida de dumping, que sería para el mes de abril, Argentina no puede recurrir a la OMC. Una vez que se confirme esta situación en el Boletín Oficial norteamericano, nuestro país recurrirá a este organismo internacional.
En el programa Mercadovisión, que se emite por la pantalla de Canal Rural, el analista internacional Gustavo Idígoras estimó que, en relación a la visita de Tillerson y la posible solución al conflicto del biodiesel, “se generaron falsas expectativas, creo que eran extralimitadas para lo que sucedió y el mercado está absolutamente cerrado”.
Las preocupaciones de los fabricantes argentinos de este biocombustible no se reducen al bloqueo estadounidense. Europa también amenaza con presentar demandas por subsidios a la producción de biodiesel. En relación a los argumentos esgrimidos desde el viejo continente, el analista sostuvo que “la Unión Europea juega a ser el malo de la película, y copiaron literalmente las 80 páginas de la investigación de EE.UU”.
En la actualidad, la industria argentina del biodiesel trabaja con una alta capacidad ociosa, y el cierre del mercado europeo sería un golpe difícil de asimilar para las casi 40 plantas elaboradoras nacionales. “Desde el punto de vista internacional esta situación es letal, pero hay algunas oportunidades para desarrollos en el mercado interno, como el corte obligatorio o el transporte público”, concluyó