Domingo a la tarde. En el celular de Leandro Ponce, del equipo de la sala de monitoreo del concesionario de John Deere Franklin Boglich en Santa Teresa, salta una alerta roja. Está fallando uno de los injectores de una de las cosechadoras de la empresa La Sarita, que está trillando cerca de Wheelwright, una de las mejores zonas del sur santafesino.
Le avisan a uno de los dueños, Eugenio Oderda (que también recibe el alerta en el celular) y coordinan el envió del repuesto. “El aviso fue muy importante, porque se puede romper el motor de la máquina por esa falla”, le explicó el productor a un grupo de periodistas que viajaron al sur de Santa Fe para ver en acción el sistema de monitoreo JD Link, que ya controla el trabajo de unas 270 cosechadoras, tractores y pulverizadoras de John Deere. “A nivel país, ya hay un millón y medio de hectáreas que utilizan esta tecnología”, le contó a Clarín Rural Maximiliano Bonadeo, especialista en Agricultura de Precisión de la empresa.
Unas semanas antes, un alerta también le había avisado a Leandro Pisari, el operador de la cosechadora, que había un problema de regulación en la zona del draper. “Lo ajustamos con el técnico de la concesionaria hablando por el celular en un par de minutos y seguí trillando sin problemas”, recordó.
“Leo”, que comenzó a subirse a los fierros a los 13 años, resume el cambio en una frase: “Ya no hay que escuchar los ruidos de la cosechadora para saber si algo anda mal, ahora trabajo todo el tiempo mirando el monitor, me siento mucho más seguro y queda un registro de todo lo que hago”.
Es una de las ventajas de la agricultura digital colaborativa y en tiempo real. El asesor de La Sarita, el ingeniero Javier Torres, explicó la otra gran fortaleza que tiene ese sistema. “Nos queda una radiografía productiva de cada campaña. Una verdadera cosecha de datos que luego utilizamos para ajustar el manejo y hasta negociar los arrendamientos, porque conocemos a fondo cada centímetro del lote”, aseguró.
Es información que ahorra mucha plata. Torres contó que bajaron un 10% el costo de las semillas de maíz al utilizar estos datos para ajustar la densidad de siembra. También lograron un uso más eficiente del combustible y prevenir roturas en las máquinas que pueden ser muy costosas.
“Hace dos años que usamos esta plataforma y nos acostumbramos a trabajar de esta manera. Me acuerdo que antes los conductores competían en el pueblo a ver quien sembraba más derecho, ahora lo que se necesita es una persona inteligente para comprender los datos que está generando el equipo”, destacó Oderda, que también comenzó a trabajar en el campo a los 13 años y ahora siembra unas 7.000 hectáreas junto a su hermano Enrique.
Eric Ponce, encargado de agricultura de precisión en el concesionario Boglich, puso el foco en otro tema clave. “La cosecha de soja es una carrera. La ventana ideal de trilla es muy estrecha y los productores necesitan cosechar lo más rápido posible los porotos cuando están secos”, insistió. La carrera se pierde cuando la máquina está parada porque se rompe y no llega el repuesto, cuando se usa mal configurada y regulada, cuando se consume innecesariamente gasoil.
El equipo de La Sarita, una empresa agropecuaria del sur de Santa Fe que gerencian los hermanos Eugenio y Enrique Oderda. Utilizan el sistema JD Link en sus fierros desde hace dos años.
Siempre se dice que el productor argentino es muy proactivo para incorporar tecnologías. Acá va un dato más que confirma esa tendencia: en el 2016 había 11 máquinas conectadas a JD Link en en sur de Santa Fe y Córdoba, y en el norte de Buenos Aires (el área del concesionario). El año siguiente eran 50 y el gran salto se dio en el 2018, con más de 270 equipos conectados.
En la mayor parte de la zona núcleo, la conectividad de la red celular está permitiendo desplegar el potencial de esta tecnología y que las empresas de maquinaria y los concesionarios presten este tipo de servicios, pero con una adaptación clave: el chip de las máquinas está preparado para tomar señal de las tres principales principales redes de telefonía celular.
Fuente: El clarin