Un dato de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) publicado en LPO encendió las alarmas. Un total de 200 mil hectáreas de maíz en la zona núcleo se pasaron a la soja por las nuevas retenciones de cuatro pesos por dólar exportado que aplicó el Gobierno.
Es que a la hora de anunciar el impuesto los técnicos del Ministerio de Hacienda que conduce Nicolás Dujovne no tuvieron en cuenta el impacto que puede llegar a tener los derechos de exportación en la rotación y en la fertilización de cultivos.
Las retenciones aplicadas durante los 12 años del kirchnerismo evidenciaron que la soja fue el gran ganador del sector agropecuario -con un aumento significativo del área de siembra- en detrimento del maíz, el trigo, la cebada, la ganadería y la lechería.
Los técnicos consultados por este medio destacaron que es probable que durante la presente campaña 2018/19 no haya grandes cambios en los planes de producción porque la siembra de trigo acaba de finalizar y la de maíz se cerrará en los próximos días.
Sin embargo, en caso de que las retenciones no sean transitorias como prometió Macri, recobrará fuerza de inmediato el proceso de sojización que se profundizó entre 2003 y 2015 y que llevó a los menores índices históricos de producción de trigo y maíz.
«El nuevo esquema de derechos de exportación mejora el escenario de precios internos de la soja en relación al maíz», aseguró Emilce Terré, especialista de la BCR. «El aumento en el costo del financiamiento obliga a revisar los planes de siembra», sostuvo.
«Hoy se privilegian los planteos que requieran menor inversión y que permitan acotar el nivel de riesgo, mientras que -con retenciones- se apuesta a paquetes tecnológicos más conservadores para limitar las necesidades de financiamiento», advirtió Terré.
En 2018/19 se sembraron en todo el territorio nacional unas 6,3 millones de hectáreas de trigo. En el caso del maíz se implantarán alrededor de 6,6 millones de hectáreas, al tiempo que el área de soja ascenderá a 17,9 millones de hectáreas.
Pablo Adreani, fundador de GuruMarket, dijo que «el miniplan de emergencia (del Gobierno) no es otra cosa que echar mano al ingreso de los productores reduciendo el margen de ganancia y en algunos casos provocando márgenes negativos».
«Las retenciones son un golpe general sin medir las consecuencias; el Gobierno no hizo una evaluación previa sector por sector, cultivo por cultivo, y no medió los daños colaterales que podría causar esta medida», apuntó Adreani.
El especialista advierte que habrá daños letales en cultivos tradicionales y en economías regionales. «Los productores de legrumbres ya no podrán producir y se le sirvió en bandeja el mercado de maíz pisingallo a los exportadores brasileños», afirmó.
En la presente campaña se estima que la producción agrícola argentina rondaría las 140 millones de toneladas con un ingreso de divisas del orden de los u$s 31.400 millones (de los cuales un 65% o u$s 18.781 millones corresponden al complejo sojero).
Actualmente en el mercado local la soja se vende a un valor cercano a los $ 9.600 por tonelada, mientras que el maíz cotiza en alrededor de $ 5.200 por tonelada y el trigo se comercializa en torno a los $ 7.500 por tonelada.
Con el nuevo esquema de retenciones diseñado por Dujovne -siempre sobre la base de un dólar a 40 pesos- la soja pagará un 29% de retenciones; el trigo y el maíz entre 10 y 11%; y las economías regionales un promedio de 5,5% contemplando reintegros.
«¿Se justifica recaudar más a costa de perder mercados?», se preguntó Adreani. «El desafío del déficit cero caerá sobre el sector más competitivo, los productores, sus familias y la sociedad urbano-rural de los pueblos del interior», agregó.
Otro punto es que la devaluación perjudicó a las actividades cuya producción se vuelca en su mayoría al mercado interno. En agosto el precio de la leche pagado al productor fue de $ 7,52 por litro, unos 0,23 centavos de dólar (28% menos que un año atrás).