Alrededor de mil bovinos murieron en pocas horas en cuatro feedlots santafesinos como consecuencia de las altas temperaturas registradas. Se está evaluando si además hubo alguna intoxicación que haya predispuesto a los animales. El hecho ocurrió en cuatro establecimientos de engorde a corral de las localidades de Cafferata y Cañar Ladeado, en el sur de Santa Fe, ubicados en un radio de quince kilómetros.
El primer dato a tener en cuenta es que se trata del momento del año con temperaturas más elevadas, y que suele haber mortandad de animales en estos días. Según remarca el médico veterinario Darío Colombatto, «la semana entre Navidad y Año Nuevo es siempre peligrosa porque se junta el calor típico con la falta de personal (o continuas guardias) que generan problemas de inconsistencias en mezclas de ingredientes».
El presidente de la Cámara Argentina de Feedlot, Juan Eiras, coincide en resaltar las condiciones ambientales como factor inicial para la comprensión del caso. «La sensación térmica estaba arriba de los 40 grados, la humedad ambiente era alta y la presión muy baja. Esos son sin duda los factores de muerte de los animales. Además eran novillos grandes en su mayoría, y hacienda muy mestiza proveniente principa?lmente de la Cuenca del Salado, que es más susceptible», dice.
De todos modos, prefiere ser cauteloso. Afirma que «hasta que no haya datos de laboratorio es mejor ser cautos con respecto a la posibilidad de una intoxicación. Lo que hay que descartar o confirmar es si hay algo que los haya predispuesto a sufrir el golpe de calor con mayor intensidad. Si hubo alguna intoxicación que favoreció el proceso, lo dirán los estudios y las necropsias».
Este jueves se enviaron muestras de animales y de las últimas partidas de alimentos utilizadas en los feedlots a laboratorios del INTA Balcarce y de Casilda para ser analizadas. Los resultados podrían demorar aproximadamente una semana.
Según pudo consignar el medio de comunicación Campo Litoral, los animales muertos eran novillos de 250 a 300 kilos y una de las hipótesis que se manejan es que un producto alimenticio elaborado con restos de semillas forrajeras contenía el hongo Claviceps purpurea, también conocido como «cornezuelo». El hongo suele parasitar especies como Festuca, Raigrás, Pasto ovillo, Agropiro y algunas especies de campo natural, y según el INTA puede generar mortandad cuando las temperaturas son cercanas o superan los 30ºC, por lo que el animal intoxicado pierde su capacidad de disipar el exceso de temperatura corporal, llegando la misma a valores incompatibles con la vida (40-42ºC).