Este jueves se conoció un hecho trágico en Carlos Tejedor, Buenos Aires, ya que un tambo sufrió la pérdida de vacas y vaquillonas. Según informó el Servicio de Diagnóstico Veterinario Especializado del INTA EEA Balcarce se trató de un cuadro de intoxicación hídrica.
Los agentes de esta unidad viajaron al lugar para comprobar las causas de las muertes. Tras realizar un análisis de la situación, explicaron que la única fuente de agua que tenían era una laguna, con casi 14g de sales totales por litro. Los niveles de sales eran de 1000mg de sulfatos y 5000 de sodio, entre otros excesos.
El agua, en las vacas de tambo, cumplen un rol muy importante y de ella depende en gran parte del rendimiento. Un trabajo del INTA elaborado por Víctor Suárez y Gabriela Martínez señala que la vaca lechera de alto rinde necesita una cantidad proporcionalmente mayor de agua que otras especies debido a su elevada producción de leche y al elevado contenido de agua en la leche (87-90 %).
Por otra parte, el consumo de agua permite y estimula un mayor consumo de materia seca. “Investigaciones en lechería indican que un rodeo con una limitante del 40 % en el consumo de agua puede llegar a reducir su producción láctea en un 20 %”, señalaron los técnicos.
Los animales no solo necesitan disponibilidad de agua, también calidad. “Viendo la importancia del agua para la salud y productividad de la vaca lechera, uno de los criterios para examinar es la calidad y si es apta para beber en función de su composición química, como ser los sólidos totales, los sulfatos, cloruros, magnesio, hierro y nitratos”, clara el trabajo del INTA.
Los valores reflejan que 14 gramos está muy por encima del máximo aconsejable para el consumo de los bovinos. Para evitar estas muertes es importante tomar ciertos recaudos.
Fuente: Estación Experimental Agropecuaria Chubut
Recomendaciones
- Analizar la calidad fisicoquímica del agua anualmente y asegurar que se encuentre fresca en los bebederos para favorecer su consumo.
- La concentración de sales totales es un indicador de la salinidad del agua. Los niveles superiores a 1.000 ppm deben investigarse más a fondo para evitar restricciones voluntarias de consumo o problemas mayores tales como la diarrea y la deshidratación sobre todo en los terneros.
- Suministrar el agua de bebida limpia y a una temperatura de entre 17- 20 °C adecuada para la vaca lechera.