Uno de los mejores negocios del último semestre en el mercado argentino fueron los contratos futuros de trigo: generaron una rentabilidad brutal anual superior al 95%.
No se trató de un evento inesperado: hubo señales concretas de que el actual escenario podría llegar a ocurrir. El 3 de noviembre de 2017 Enrique Erize, director de la consultora Nóvitas, aseguró que el valor del trigo argentino tenía una alta probabilidad de suba en los meses de marzo o abril de este año.
Seis días después de esa proyección (9 de noviembre de 2017), los que se tomaron su tiempo para estudiar el mercado del cereal, pueden haber comprado futuros de Trigo Buenos Aires Julio 2018 del Matba a un valor de 176,3 u$s/tonelada. Seis meses después –hoy miércoles– el precio de cierre de ese contrato fue de 261,0 u$s/tonelada. Es decir: registró en el período un alza del 48% (96% anualizada).
El contrato futuro tradicional de trigo –que suelen tomar los empresarios agrícolas– comprende un volumen de 100 toneladas del cereal “condición cámara” con entrega en Bueno Aires (también está la opción del contrato con entrega en Rosario). El mismo requiere depositar una garantía –para cubrir eventuales diferencias negativas– de 800 dólares por contrato.
Para los inversores individuales, que no formen parte del ámbito agrícola pero quieran especular con las oscilaciones de valores registradas por los granos, se el Matba dispone de contratos “mini” de 10 toneladas, los cuales requieren depositar una garantía de 80 dólares por contrato.
A diferencia de la soja y el maíz, en cuya formación de precios intervienen diversas variables globales, los valores locales del trigo suelen conformarse a partir de variables fundamentalmente regionales (Mercosur).