El área que dirige la veterinaria Ximena Melón, que antes se conocía como Cuarentena, establece las normas y procedimientos para la importación y exportación de animales vivos y material reproductivo (semen y embriones). En la Argentina, la especie con mayor movimiento internacional son los caballos, por cuestiones deportivas (también por los sementales), lo que requiere tener implementada una dinámica rápida, explica. Otro tanto ocurre con las mascotas, que están segundas en cantidad de movimientos internacionales. En las antípodas, las especies de zoológico se movilizan mucho menos y tienen mayor cantidad de requerimientos y tiempos más largos, sobre todo de los países receptores.
El interés de Faxcarne/World Beef Report en entrevistarla, sin embargo, surgió en relación con el movimiento de ganado bovino en pie, particularmente a raíz de la situación entre Argentina y Uruguay, ya que pese al interés de exportar por parte de ganaderos argentinos y de importar por parte de frigoríficos uruguayos, las operaciones no están habilitadas.
Con la diferencia de precios entre el novillo argentino y uruguayo, los frigoríficos uruguayos tienen interés en comprar animales en la Argentina. ¿En qué estado está esa posibilidad?
En diciembre de 2018 mandamos a Uruguay la propuesta, que cumplía con todas las exigencias que habían puesto, así como las recomendaciones internacionales en el marco de la OIE (Organización Mundial de la Salud Animal). Para exportar animales vivos, siempre las condiciones las pone el país que compra. Cuando no accedemos, generalmente es porque nos ponen demasiadas condiciones. Con Uruguay las cumplimos todas y aún estamos esperando la respuesta definitiva.
¿Por qué?
Por lo que tengo entendido, la limitante es que, como ellos certifican que la carne que exportan a la UE es de animales nacidos en Uruguay, deban hacer certificaciones de trazabilidad interna.
¿Puede ser que el año de elecciones presidenciales en ambos países dificulte la resolución, ya que en Argentina se oponen frigoríficos y obreros de frigoríficos, y en Uruguay, ganaderos?
Es posible, pero no lo sé. Lo cierto es que no hay identificada una traba sanitaria y estamos esperando hace casi un año la habilitación.
En algún momento hubo interés de Turquía, ¿en qué quedó?
Turquía tampoco nos está permitiendo ingresar. Tiene acuerdos para importar de Brasil y Uruguay. Cuando aquí surgió el interés, respondieron que, como quieren entrar a la UE, aplican las mismas exigencias, es decir, que los animales provengan de zonas libres de aftosa sin vacunación (status que en Argentina solo tiene la Patagonia, que no tiene vacunos para abastecer su propio consumo). Pero a Brasil y Uruguay, que tienen una situación sanitaria parecida a la nuestra en el norte del país, Turquía les compra porque son anteriores; se trata de una situación inadmisible desde el punto de vista de la OMC (Organización Mundial de Comercio). Participé de muchas reuniones bilaterales, planteamos que íbamos a hacer una presentación a la OMC por discriminación, y se está analizando. Al que le exporta, el país de destino no puede exigirle un standard superior al propio. Hace dos o tres años que estamos insistiendo de manera más agresiva.
¿Sobre qué mercados de animales en pie se está trabajando?
Sanitariamente, para exportar al Mercosur bovinos y ovinos no habría problema. En condiciones de exportar tenemos abierto Egipto, pero uno de los requisitos es que controle la cuarentena un veterinario, y eso tiene un costo importante. Por otro lado, estamos apuntando a abrir Kazajistán. Con este país tenemos ya un acuerdo sanitario, pero el bovino tiene que llegar por tierra o por aire, ya que no tiene puertos de ultramar, de modo que tendríamos que pasar por Georgia y Azerbaiyán (país al que queremos exportar también), lo que lo hace más complicado.
¿China está cerca de abrir?
Estamos en negociaciones. Falta que vengan a hacer la visita de auditoría, que sería este año.
¿Chile?
Chile está abierto para Patagonia; pide una cuarentena de 45 días, mientras que lo habitual es de 30 días (el doble del período de incubación de la aftosa). Siempre hay dos cuarentenas: la del país de origen, que se hace siempre, y la de destino, que la decide el país receptor y en general es más corta. La categoría de reproductor generalmente tiene las exigencias sanitarias más altas. Ahora, tenemos una cuarentena de reproductores bovinos para Chile. También le exportamos ovinos. En cambio, el cambio de status de Perú a “libre de aftosa sin vacunación”, en 2018, nos dejó fuera de ese mercado.
¿Qué características tienen el ingreso/egreso de bovinos y ovinos en Argentina?
Se mueve más semen y embriones que animales vivos. Luego, lo que más se exporta en pie son bovinos, y después ovinos. La mayoría son reproductores que van a países limítrofes, en primer lugar, a Paraguay, pero también a Bolivia, Colombia y Uruguay. En cuanto a bovinos, en 2018, Argentina exportó 350 reproductores, 4.348 embriones y 1.021.205 dosis de semen.
¿Cómo se decide con qué países se va a armar un protocolo?
Desde nuestra área siempre trabajamos en mercados en los que algún sector manifiesta potencial de desarrollar un negocio, porque sanitariamente es muy complejo y de largo aliento armar un protocolo. Además de los acuerdos sanitarios, para exportar animales hay muchísimas cuestiones políticas y comerciales que pueden trabar, y exceden nuestra área. Para evitar que las trabas sean disfrazadas con temas sanitarios están la OMC o las instancias comerciales del Mercosur.
Por Alejandra Groba, FaxCarne (Uruguay).