La 23ª edición del boletín Resultados Económicos Ganaderos del Ministerio de Agroindustria analiza los márgenes de planteos de distintas zonas del país, basándose en establecimientos de tamaño mediano que utilizan los paquetes tecnológicos predominantes.
“Llevamos los resultados de una serie de modelos que actualizamos trimestralmente y cuando surgen cuestiones que nos interesa resaltar las desarrollamos especialmente. Como el país necesita ir a un animal más pesado para producir más carne y aumentar las exportaciones, queríamos ver si es negocio para el productor hacer novillos para la cuota 481”, dijo a Valor Carne el Ing. Agr. Ruy Vidal, del área de análisis económico ganadero del Ministerio de Agroindustria.
Con este objetivo, se modelizaron dos sistemas de recría de terneros a pasto y terminación a corral, para un mismo establecimiento del oeste pampeano. Ambos planteos cuentan con 500 ha ganaderas y un feedlot de 750 cabezas instantáneas, que opera con maíz propio. Se compran unos 1.500 terneros por año de 180 kg y en uno de los casos se venden novillitos de 400 kg con destino a consumo y en el otro, novillos de 440 kg para exportación dentro de la cuota 481.
¿Por qué se toma el novillito de 400 kg para comparar?
“Pensamos que un establecimiento que termina animales con este peso, está más cerca del objetivo y sin mayores gastos de estructura ni de personal puede agregarle unos kilos más. Si nos basáramos en otro que hace gordos de 320kg, sería más difícil, ya que para sumar 100 kg tendría que modificar su sistema de producción. Además, como el novillo pesado tiene mayor costo financiero, el que los termina livianos, probablemente, no está tan dispuesto a cambiar; y el que ya llegó a los 400 kg sí lo podría hacer”, afirmó el profesional.
En cuanto a la recría, la alimentación es igual en los dos sistemas: está armada con praderas base alfalfa y verdeos de invierno, sin suplementación; se estimó una carga de 2,5 EV/ha y la ganancia de peso es de 600 g/cab/día. Cuando los animales van a consumo, se recrían hasta los 300 kg y luego se encierran en el feedlot, durante unos 100 días, para llevarlos a 400 kg finales. Se hacen dos tandas de engorde para no vender todo en el mismo momento ni sobredimensionar los corrales. En el modelo de la cuota 481, se recrían hasta los 320 kg y posteriormente se encierran durante 114 días hasta los 440 kg. Las raciones de ambos modelos son a base de grano de maíz, pellet de girasol y rollo de alfalfa, cumpliendo con las exigencias europeas y obteniéndose una ganancia de 1,25 kg/cab/día.
En cuanto a los precios, para los dos casos se consideró la compra de terneros a 42,8 $/kg, tomando como referencia los del mercado de cría e invernada para la Cuenca del Salado, al mes de agosto. Cabe destacar, que se trata de un momento en que los valores promedian la curva anual de estacionalidad, con registros mínimos en marzo-abril y máximos a partir de octubre. Para la venta del novillito con destino al mercado interno, se tomó Liniers; y para el novillo de cuota 481 se consultó a operadores del sector exportador.
Los márgenes se calcularon con la metodología usual, o sea compra de insumos y venta de productos en el mismo momento. Se comparan márgenes brutos debido a que los gastos de estructura, impuestos fijos y amortizaciones de ambos casos son iguales y, en consecuencia, no tienen incidencia a los efectos de esta evaluación (no se consideraron los costos de inscripción en registros UE ni 481).
Qué conviene hoy
Los márgenes de la recría y el encierre se presentan por separado y agregados, lo que permite evaluar las rentabilidad de cada actividad y, eventualmente, potenciar aquella más ventajosa en detrimento de la que presente menor beneficio.
¿Qué planteo es mejor negocio?
“A valores de agosto, el margen del feedlot para cuota 481 es superior al del novillito de consumo, porque compra un animal recriado más pesado pero de menor precio unitario y, a su vez, vende más kilos, haciéndose de un plus de precio. Si bien en la etapa de recría los resultados se invierten, siendo levemente mayor el margen de la que se hace hasta los 300 kg que hasta los 320 kg, esta diferencia no alcanza a compensar el margen negativo de la etapa de terminació
n. Finalmente, el margen agregado de la 481 triplica al del novillito de consumo”, explicó Vidal.
El informe del Ministerio destaca que los sistemas de engorde son muy sensibles a la relación compra-venta, por lo que pequeñas variaciones en los precios tienen un impacto significativo en los resultados.
“Los números son muy finitos. Actualmente, la compra-venta con destino a consumo es de 1,24 y la de la cuota 481, de 1,17. Entonces, conviene la exportación, pero no se puede afirmar que esto se vaya a mantener”, planteó Vidal.
En ese sentido, detalló que “el mercado interno presenta una estacionalidad que se repite desde hace varios años, por lo que hay que mirar bien el momento de compra del ternero, fijarse que no esté en su precio máximo”. Además, para la exportación se introduce otra variable, que depende de las alternativas de los destinos internacionales, de las operaciones de los frigoríficos y de la integración de cortes que se logre. “Así, para el caso de la 481, el precio de venta de indiferencia es de 34,78 $/kg vivo, es decir que por debajo de este nivel el margen resulta negativo. Por eso, es interesante realizar acuerdos con la industria que brinden previsibilidad al negocio”, aseguró.
Otro riesgo, es que si hay rechazo de animales en planta por no cumplir alguno de los requisitos exigidos por la cuota, se resignará el plus de precio previsto. “Es importante tener en cuenta que la carne que se exporta bajo la 481 es un producto específico, no se trata de un commodity, con todo lo que esto implica”, advirtió Vidal.
Como cierre, el especialista remarcó que “aún cuando la exportación pague más, la idea no es que el productor pase todo su planteo a la 481 sino que, por ahí, destine parte de sus novillos a ese mercado: si le va bien, se entusiasmará y podrá seguir adelante. Desde el Ministerio, hacemos este ejercicio teórico con el objetivo de despertar interés en nuevas alternativas para mejorar la rentabilidad”.
Por Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
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