Un consorcio científico que reúne a diferentes instituciones, entre los que se encuentran investigadores de Bioinnovo SA, desarrollaron reactivos críticos para diagnóstico y tratamiento de COVID-19: Nanoanticuerpos, anticuerpos policlonales IgY y proteínas recombinantes.
Con fuerte apoyo del Conicet, se realizaron estudios que demostraron la eficacia de los nanoanticuerpos VHH, derivados de llamas, y los anticuerpos IgY, a partir de la yema de los huevos de gallina, en inhibir la infección viral provocada por el SARS-CoV-2.
Los VHH –nanoanticuerpos monoclonales recombinantes- y los IgY –anticuerpos policlonales- representan dos estrategias como tratamiento preventivo y herramienta terapéutica para pacientes afectados de COVID-19.
Estas moléculas tienen la potencialidad de convertirse en productos. Su aplicación será como shock inmunoterapeútico para el tratamiento de la enfermedad de COVID-19, complementario a otros métodos disponibles y vacunas.
La actividad neutralizante de las moléculas fueron comprobadas en la Argentina con pseudo partículas virales y, paralelamente, en los Estados Unidos, donde se analizó las moléculas en un ensayo con el virus salvaje. También lo demuestran las pruebas realizadas en el Instituto Malbrán.
De este modo, el INTA cuenta hoy con dos estrategias de inmunidad pasiva contra el SARS-CoV-2: una enfocada en la fabricación de un poli monoclonal a partir de los VHH de llama, lo que representa distintos monoclonales en un mismo cóctel; y otra en la que participa Bioinnovo, con los IgY, que son anticuerpos policlonales más económicos, fáciles de escalar y que cumplen con las normas de bienestar animal. Ambas plataformas presentan la posibilidad de tener un alcance masivo.
Estos resultados obtenidos posicionan a la Argentina entre los países que han desarrollado sus “nanobodies” como Estados Unidos, China, Suecia y Bélgica, entre otras naciones de la Unión Europea, siendo el primer país del hemisferio sur en dar cuenta de este logro.
Finalizadas las pruebas de seguridad en animales en las próximas semanas, se podrá comenzar con la fase de escalado y pruebas clínicas, con la aprobación de la autoridad regulatoria.
Quiénes participaron
Forman parte del equipo desarrollador investigadores del INTA, CONICET, el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI) de la ANLIS-Malbrán, el Instituto de Biociencias, Biotecnología y Biología Traslacional de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, y la empresa Bioinnovo SA -EBT formada por INTA y Vetanco SA-.
Este desarrollo contó con el financiamiento de la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación, INCUINTA, la cartera de proyectos INTA, y el Proyecto para la promoción del Nagoya en la Argentina (GEF/PNUD).
Asimismo, es apoyado por empresas farmacéuticas argentinas y de investigadores del Centro de Investigación de Vacunas (VRC) del NIH y del Hospital Monte Sinaí -Nueva York, ambos de los Estados Unidos, y el Consejo Nacional de Investigación de Canadá.