Oleos del Centro es una empresa agroindustrial de origen cordobés que hace más de 20 años inició la ganadería en Santiago del Estero y hoy produce grano, carne y energía, mediante modelos asociativos y un equipo humano con colaboradores locales. Esta experiencia, muestra de los cambios en la producción rural moderna y del potencial del NOA, fue presentada por el Lic. Damián Manzanelli, Director de la firma y el M.V. Oscar Ferrero asesor de la misma, en una jornada de campo realizada por el IPCVA.
Damián Manzanelli.
“Nuestra idea es producir y transformar todo en origen, trabajando en red con otras empresas y organizaciones para agregar valor en la zona, en forma amigable con el ambiente”, dijo Manzanelli al presentar la iniciativa que desarrollan sobre más de 10 mil hectáreas distribuidas en tres campos, en Weisburd y Campo Gallo, Noreste de Santiago del Estero, de las que destinan 7.000 ha a ganadería y 3.000 ha a la producción de granos.
“Nos dedicamos al ciclo completo, aunque hoy el foco del negocio está en la recría. Hacemos convenios con ganaderos y frigoríficos para recriar sobre pasturas y engordar a corral”, expresó.
Además, implementan acuerdos con agricultores para contar con el volumen de maíz necesario para la minidestilería construida en el campo hace dos años. «Tiene la misma tecnología que una gran destilería, ajustada a escala feedlot y operada a distancia vía Internet mediante un software”, explicó, aludiendo a la alianza con Porta SA, industria cordobesa especializada en alcoholes.
Todas estas sinergias les permiten disponer de 20 mil toneladas/año de grano para consumo directo y como burlandas, clave para producir 18 mil animales terminados y 5.800.000 litros de etanol.
“Hasta ahora entregamos la totalidad del alcohol a Porta. En los próximos días empezaremos a comercializarlo directamente con petroleras, gracias a las nuevas inversiones en nuestra planta y al cupo de la Secretaría de Energía de la Nación, que obtuvimos junto a la misma Porta y a otras minidestilerías”, anunció Manzanelli, con relación al paso que están dando en el negocio de combustibles renovables.
También están avanzando en la cría que llevan adelante con terneros de los dueños de Oleos, a su vez socios de Cabaña Pilagá, y de los clientes que compran reproductores a través de canjes u otros acuerdos. “Apuntamos a crecer en un rodeo Braford de alto valor, que sea referente en la ganadería del Norte y nos permita ofrecer, a mediano plazo, carnes con marca propia”, adelantó Manzanelli.
Especialistas en recría
La irrupción de las pasturas subtropicales, convirtió al NOA en una de las zonas con mayor aptitud del país para la recría vacuna porque hace posible producir kilos en forma muy eficiente y económica.
Oscar Ferrero.
“Como empresa, es el eslabón que nos diferencia, ya que trabajamos midiendo ganancias diarias individuales, con tiempos marcados, como si fuera un feedlot. Es una tarea de precisión que nos permite asegurar aumentos de 500 gramos/día promedio a los productores que nos confían su hacienda”, planteó Ferrero, detallando que la recría dura de seis a ocho meses según su destino comercial.
Los terneros arriban recién destetados, con unos 160 kg promedio, desde zona sucia, intermedia y limpia, y los reciben en ensenadas, para atenderlos según sus necesidades. “Durante un mes a mes y medio, hacemos sanidad individualizada y les bridamos dietas con mucha fibra y proteína, a base de silo de Gatton Panic, para que igualen sus condiciones antes de salir a campo abierto”, reveló el veterinario, indicando que sólo así podrán lograr, a posteriori, aumentos de peso ideales, sobre esa misma pastura verde, con suplementación estratégica de burlanda.
“El objetivo central de este sistema es producir la mayor cantidad de kilos a pasto, algo que tiene gran incidencia en el resultado económico final”, subrayó Ferrero, indicando que solo durante la recría obtienen más de 400 kg de carne/ha/año, para luego terminar en el feedlot novillos que no superan los 18/20 meses de edad.
“Utilizamos dietas hiperenergética con muy baja participación de fibra y tenemos un sistema de seguimiento y lectura de comederos inteligente”, puntualizó, especificando que de ese modo pueden minimizar el período de engorde o sea la cantidad de kilos producidos relativamente caros, cumpliendo con los requerimientos de los diferentes destinos.
“La distancia al puerto y su incidencia sobre el precio de los granos, hacen que agregar valor en origen sea estratégico para producir hacienda en el NOA, una región deficitaria en carnes para consumo y con alto potencial para exportar a mercados internacionales exigentes”, planteó Ferrero.
Burlanda propia
Con esta visión, Oleos del Centro, con un feedlot para 5.000 cabezas instantáneas, encaró la inversión en la minidestilería para disponer de burlandas, evitando costos en fletes de más de 500 km, desde las grandes destilerías que se encuentran en Córdoba.
“Ya veníamos utilizando la burlanda seca, porque aporta mas proteínas y energía que el grano de maíz original, además de su excelente palatabilidad. Siempre fue conveniente en términos económicos, pero producirla en nuestro campo le da mayor competitividad al feedlot”, aseguró Ferrero y destacó que la iniciativa se convirtió además en una opción de comercialización para la producción local de maíz.
“La minidestilería procesa 40 mil kg de maíz por día y menos de la mitad de lo que transformamos es propio. El agregado de valor se derrama a nivel regional”, afirmó Ferrero, indicando que con ello obtienen 15-17 mil litros de etanol, 30 mil kg de burlanda y 60 mil litros de vinazas, que reciclan gelatinizándolas para utilizarlas también como alimento del ganado.
Integrando la comunidad
“Incorporar la industria del maíz en el campo implicó un gran desafío, porque pasamos de ser una empresa agropecuaria, que cuando caía la noche terminaba sus actividades, a una que procesa las 24 hs y trabaja prácticamente los 365 días del año”, intercedió Manzanelli.
Conociendo la hacienda de Oleos del Sur en la jornada del IPCVA.
El equipo humano de Oleos está integrado por 36 personas, focalizadas y especializadas en las distintas áreas de negocios. La mayoría de colaboradores son locales, incluyendo mujeres, que se desempeñan tanto en la administración, como en el potrero y en la industria.
“Tuvimos una experiencia muy interesante cuando empezamos con la minidestilería. Nos propusimos encontrar en Weisburd los recursos humanos necesarios para operarla, un total de siete personas. Parecía una utopía, pero lo logramos. Armamos un grupo que hoy se mantiene, crece y se capacita», sostuvo con orgullo.
Otra particularidad es que la mayoría de los profesionales del staff, diez en total, son part-time. “Para un mundo complejo, necesitamos soluciones integrales. Por eso formamos un equipo multidisciplinario, sin dedicación exclusiva. Estamos convencidos de que si nos probamos afuera, en el mercado, vamos a traer lo mejor para la empresa. Está en nuestra organización generar el ambiente para que ese profesional elija estar acá”, aseveró Manzanelli.
Esta estrategia ‘abierta’ incluye a organizaciones del sector. “Participamos en ámbitos de discusión, como las sociedades rurales y la Asociación Bradford; en grupos de intercambio tecnológico, como CREA; y en instituciones de investigación como el INTA. Esto también contribuye a mantenernos a la vanguardia”, señaló.
Para finalizar, Luis Magliano, Presidente de Oleos del Centro, destacó que la experiencia de la empresa abre nuevas oportunidades para el desarrollo del NOA.
“Vinimos a Santiago del Estero porque vimos su potencial. Desde entonces hicimos una enorme inversión en tecnología y en la formación de la gente, que nos permitió forjar un emprendimiento de esta magnitud. Hoy, además de agregar valor en origen, mediante procesos sustentables, promovemos el desarrollo de la comunidad y, con ello, estamos cambiando el concepto de actividad rural», concluyó.
Por Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne