En lo que va de enero, se ha profundizado la baja del precio real del novillo destinado a consumo, ubicándose como el menor valor de los últimos ocho años. Ya 2017 terminó con una caída interanual del 12% promedio -considerando todas las clasificaciones que se negocian en Liniers- como resultado de registros inferiores durante los doce meses del año, proceso que fue observando desde noviembre de 2016.
Indudablemente, una parte del problema es el gran volumen de faena que deriva, en alguna medida, de las mayores existencias actuales en relación a los últimos años.
Otra, es la oferta de proteína animal que se le está brindando al consumidor argentino. Los poco más de 120 kg/hab/año que ingerimos, no sólo superan los niveles de cuando se comían habitualmente 80 kg/hab/año sólo de carne vacuna sino que son récord a nivel mundial.
Consecuentemente, arrecian las voces que le reclaman a la exportación un rol más activo que ayude a revertir la situación.
El impulso exportador
Con el cambio drástico en la política ganadera que tomó inicialmente el gobierno, no faltaron quienes supusieron que rápidamente íbamos a retomar posiciones históricas en los mercados mundiales. Sin embargo, cualquier regreso es trabajoso y requiere reconstruir canales comerciales dañados, con el agravante de que, durante el eclipse argentino, otros actores ocuparon posiciones que no están dispuestos a ceder fácilmente. Pero la cuestión más preocupante es que cambió la estructura productiva del país, con 40% menos de novillos que en 2008, la categoría que alimenta la mayor parte del comercio mundial.
A pesar de estas adversidades, en 2016 las exportaciones argentinas aumentaron 15% -reubicando al país entre los diez primeros del mundo- y en 2017, otro 30%. Más aún, el USDA proyecta para 2018 un 25% más, colocándolas muy cerca del promedio histórico de 400 mil toneladas equivalente carcasa. No está nada mal.
¿Cómo se ha comportado mientras tanto el precio del novillo pesado apto para cuota Hilton, representativo de la categoría de exportación?
Desde Valor Carne hemos venido consultando cada diez días a más de media docena de plantas -para nuestra sección Novillo Mercosur– emplazadas en diversas zonas ganaderas y que compran mestizos y cruzas, con diversos plazos de pago.
El promedio que calculamos para cada período puede no ser un número exacto pero es muy representativo de la realidad del mercado. A estos valores los comparamos con los pagados en Liniers por las clasificaciones más pesadas de novillos, a partir de 460 kg, de todas las razas y calidades. A su vez, estos precios los transformamos en valor por kilo carcasa con un rinde medio de 57,5%.
De las 36 comparaciones realizadas en el año, siempre el novillo apto para exportación recibió una mejor cotización, con un mínimo de 3% arriba, un máximo de 25% y un promedio anual 13% superior.
En el siguiente gráfico se aprecia la evolución de ambos precios desde los primeros diez días de enero de 2017 (1er tercio del mes) hasta el mismo lapso de este año, así como el sobreprecio existente en cada momento. Al día de hoy, el novillo Hilton se ubica en $61 y el pesado en Liniers en $49; en concreto hay una brecha de $12 a favor de la exportación.
Desde la producción
En reuniones con ganaderos campea la idea de que esto no es así. Quizás comparan con categorías que no corresponden.
Más de la mitad de las entradas de novillos en Liniers se componen por las clasificaciones pesadas, a partir de los 460 kg. Lo llamativo es que esos mismos productores remitentes, de haber contado con los requisitos necesarios, podrían haber obtenido consistentemente un mayor precio destinándolos a exportación. ¿Trabajan así por la inercia de tantos años de limitaciones?
Aun tomando el precio de los novillos especiales de 430 a 460 kg, los mismos recibieron un pago superior al de los más pesados pero inferior al de los aptos para exportación. Y la comparación es un poco engañosa ya que se trata de novillos británicos versus el mix de razas que compra la industria exportadora.
Esto no debería ser una sorpresa. Desde que se liberó a la exportación de carne de los derechos de exportación y se unificó el tipo de cambio se esperaba una valorización de las categorías exportables, a causa de su escasez relativa y de la mayor capacidad de faena de la industria en relación a la oferta. Estos números comprueban esa situación.
Es lógico que los productores se quejen de la baja del precio de la hacienda de consumo. Pero también es necesario que se analicen las diversas alternativas que se ofrecen actualmente para orientar la actividad hacia los mercados más convenientes.
Por Miguel Gorelik, Director de Valor Carne.