Tras el acuerdo con la industria de la carne, el Gobierno apunta a buscar más acuerdos con otras cadenas de valor como el trigo, el girasol o el maíz, que son insumos para la fabricación de alimentos, en medio de la suba de precios de las últimas semanas. Desde el campo aseguran que no hay peligro de desabastecimiento de esos bienes.
La secretaria de Comercio Interior Paula Español aseguró en las últimas horas que los ministerios de Desarrollo Productivo y de Agricultura están trabajando para alcanzar acuerdos de precios en la cadena del trigo, “con la idea de que se exporte cada vez más sin que eso se haga a costa de una presión sobre los precios domésticos”.
”Empezamos con carnes. Y están sobre la mesa trigo, maíz, girasol. Todos los insumos para los alimentos”, sostuvo Español, quien señaló que se está buscando ampliar el acuerdo ya alcanzado para rebajas de precios en la carne vacuna, con la idea de que “haya más bocas de expendio”.
La exploración de acuerdos con el sector agrario pasó por varias idas y vueltas en las últimas semanas. Por un lado, el Gobierno puso un freno a las exportaciones de maíz y, tras negociaciones con el sector, terminó por levantar la restricción, con el acuerdo entre el sector privado y el público de monitorear el abastecimiento para el mercado interno.
Las mesas del maíz y el trigo se reunieron este miércoles para debatir sobre la situación de cada sector y sobre lo que, anticipan, serán las discusiones en lo sucesivo con el Gobierno nacional, según pudo saber Infobae.
Para el caso del maíz, los jugadores del sector plantearon que pedirán a la Secretaría de Comercio precisiones sobre cómo continuará el programa Precios Máximos, qué productos estarán incluidos en la nueva etapa de ese esquema que comenzará en febrero y si continuarán congelados, ya que consideran que los valores están desactualizados y, en ese sentido, si habrá mecanismos de compensación a los elaboradores de alimentos con ese insumo.
El diagnóstico de la mesa del trigo fue que no existen en la actualidad riesgos de desabastecimiento interno este año. Los molineros, en tanto, sí reconocieron que existen una escasez de oferta por la “baja disposición” de los productores de vender.
En un sentido similar, reclamarán a los funcionarios del Gobierno una fórmula de actualización de precios “acorde con los valores actuales del trigo y de los índices inflacionarios previstos durante el año”, concluyó la mesa.
La advertencia sobre un posible aumento de retenciones
El Gobierno salió a asegurar la semana pasada los acuerdos siguen siendo su primera opción, pero no la única. “Hay muy buena voluntad de los actores del sector agropecuario y el rol del consejo agroindustrial de congregar sectorialmente a todos los actores de la cadena, y eso nos da la oportunidad de garantizar los alimentos para todos”, dijo el ministro de Agricultura Luis Basterra.
Un día después ante estudiantes de economía en la Universidad Nacional del Nordeste, Guzmán señaló: “No quisiéramos tener que aumentar retenciones en un sector como el maíz, porque lo que buscamos es que se venda a precio internacional, porque eso aumenta los incentivos a la producción y a la inversión. Pero tampoco se puede permitir que el shock sea regresivo”.
“No queremos que el impacto que tiene en toda la cadena productiva implique que eso se traslade a inflación en otros rubros de la canasta y que entonces una parte grande de la población termine siendo perjudicada y que un sector en particular se beneficie. Sí queremos que este shock sea positivo para la producción pero buscamos que no sea regresivo. Por eso trabajamos en acuerdos, siempre el primer objetivo es poder generar acuerdos”, insistió.
De todas formas, aseguró que el Gobierno se guarda la carta de una suba de retenciones para disociar el precio internacional en alza con los valores para el consumidor. “Quisiéramos no tener que recurrir a la política impositiva pero por supuesto que el Gobierno cuenta con los instrumentos para implementar las políticas que terminen siendo necesarias para asegurar que el shock sea progresivo”, advirtió.
FUENTE. INFOBAE – ECONÓMICO