Escrito por Paula López
La suba de retenciones que tiene en carpeta el presidente electo Alberto Fernández, para reforzar la caja fiscal en al menos el primer tramo de gobierno, no se agota en la soja, el maíz y el trigo.
Los equipos técnicos tienen sobre la mesa también a otras actividades agropecuarias, entre ellas la emblemática carne vacuna.
Hoy, con un mercado doméstico más que deprimido por la recesión y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, que hace que los consumidores no convaliden grandes incrementos de precios tras reducir su consumo hasta 52 kilos per cápita por año (desde los casi 65 del último tramo kirchnerista), la industria cárnica se concentró en los negocios de exportación, de la mano de la insaciable demanda de China, que aceleró autorizaciones de frigoríficos para venderle.
Argentina es hoy el principal proveedor de cortes vacunos de China. El gigante asiático explica el 80% de las ventas externas del producto. El sector apunta a cerrar el año con exportaciones por más de 800.000 toneladas, un volumen nunca antes alcanzado.
Desde septiembre de 2018, los cortes cárnicos, como el resto de las manufacturas y unas 200 economías regionales, tributan derechos de exportación de $ 3 por dólar embarcado. En ese momento, pesaban en torno a 8%. El trabajo en el que se focalizan los técnicos del entrante gobierno da cuenta que esa alícuota representa un 5% y, como sucedió en el resto de los casos, quedaron «licuadas» por la fuerte devaluación del peso de mediados de agosto.
Como en el caso de las alícuotas a la soja, trigo y maíz (que como adelantó El Cronista en su edición del martes subirán hasta 35%, 20% y 15% respectivamente), según supo este diario, se barajan incrementar los derechos de exportación cárnicos hasta 10 o 15 por ciento.
Lo que terminará de definir el porcentaje final será el margen de rentabilidad razonable que se calcule para la actividad, teniendo en cuenta que puede ser beneficiada por las retenciones al maíz, insumo clave para la alimentación animal, con una baja los costos ganaderos (por efecto caída de precios internos del cereal).
La decisión está siendo sopesada por los equipos técnicos del presidente electo en momentos en que varios actores de esa cadena visualizan una inminente suba de precios del ganado en pie, por la demanda exportadora, que puede decantar en los mostradores incluso antes de fin de año.
Daniel Urcía, de la Federación de Industrias Frigoríficas (Fifra), planteó que durante el verano, por menor hacienda disponible, se dará una actualización de precios del ganado en pie de hasta 40% y por ende en la carne al mostrador, que otros actores de la cadena ubican en 25% promedio.
Por su parte, Miguel Schiariti, de la Cámara de la Industria de la Carne (Ciccra), descree que puedan darse incrementos de esa magnitud al menos hasta marzo.
«Por un lado tenés una demanda totalmente deprimida. Por el otro, está la suba de retenciones que aplicarían después del 10 de diciembre. Si quedan en 15%, los exportadores tendrán 10 puntos porcentuales menos de poder de compra, con lo que precios del ganado tenderán a bajar, no a subir», planteó.
Y remarcó que en ese contexto un incremento de los precios del ganado solo se daría si la demanda local se reactiva, de la mano de un aumento generalizado de salarios, como piensa aplicar Alberto Fernández para comenzar a revertir la caída del consumo.
Economías regionales, exentas de la suba
Los equipos técnicos también trabajan contrarreloj sobre otras actividades agropecuarias que hoy tributan retenciones y la factibilidad de eliminarlas, bajarlas, mantenerlas o incrementarlas.
Sobre el complejo sojero, está en carpeta resolver si la alícuota será la misma para la oleaginosa sin procesar y para sus subproductos (harina y aceite). El análisis pasa por si se considera «agregado de valor» al procesamiento del poroto. Si esa postura triunfa, a contramano de lo que hizo el macrismo, los subproductos tributarán 32%, tres puntos porcentuales menos que la soja sin procesar.
Por otra parte, un dolor de cabeza para el nuevo esquema de derechos de exportación es el sector lácteo, con muchos productores en quebranto, con fuerte caída de la producción, y una industria con exportaciones 12% por debajo del año pasado en volumen y 14% en precios, sin que eso frene los incrementos en el mercado local. Hoy los lácteos tributan $ 3 por dólar exportado, y si bien hay posiciones que pugnan por elevarlas, otros técnicos las consideran inviables.
Las economías regionales (frutas, oliva, vinos, carne ovina, entre otras), son otras actividades en estudio. Hoy tributan $ 3 por dólar exportado. El análisis del gobierno entrante pasa por estas horas en dejarlas fuera de un alza porcentual, pero mantener los derechos que tributan y que tienen vigencia hasta diciembre de 2020.
En tanto, sigue en estudio qué pasará con la minería y la energía, que tributan derechos de entre 3 y 4 pesos por dólar, también licuados por las devaluaciones. Representan en torno al 4%, cuando al inicio del esquema estaban en 10%.