La experiencia de los países vecinos, el más claro Uruguay, ha demostrado que la exportación de animales vivos ha sido una herramienta muy útil para los ganaderos para establecer un piso de precios para algunas categorías de animales, en especial una válvula de escape para cuando el valor de la hacienda gorda se afirma en una tendencia bajista.
Si bien Paraguay ha tenido antecedentes de envíos aéreos o terrestres de animales de alto valor genético, el gran objetivo del sector primario fue encontrar mecanismos para facilitar la logística, dado que el país no cuenta con puertos de aguas profundas y eso dificulta el ingreso de los barcos de transporte de animales.
Mercados como Turquía, uno de los mayores importadores del mundo, Egipto, Kazajstán, Uzbekistán, Jordania, y otros, se han acercado a Paraguay en busca de terneros más baratos en relación a Uruguay o Brasil, sin embargo los costos logísticos no hacían viables los negocios.
Brasil fue la opción más alentadora que tuvo Paraguay durante años, previo al cambio de estatus sanitario, pero la negociación, que implicaba puertas de vaivén, podía ser una amenaza en otros tiempos de precios más bajos para el ganado en los estados vecinos; como también una problemática en términos de posibles denuncias sanitarias. Todos los puntos que fueron evaluados.
Volviendo al ejemplo de Uruguay, cuando los precios de los novillos a faena no favorecían a los ganaderos, éstos, especialmente los criadores, tomaban la decisión de empezar a dejar enteros los animales (hacienda que a futuro no podría ingresar a plantas por las exigencias de faena de procesar solo novillos para los mercados de exportación) y así se empezaban a cerrar acuerdos con los exportadores en pie y encerrar los terneros enteros en las cuarentenas. Y ese ganado dejaba de estar disponible para los frigoríficos.
Fuente: Por Guillermo Crampet para Valor Agro Paraguay y Agro del Sur
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