En los últimos días, tal como adelantó LPO a principios de año, los precios de la carne vacuna comenzaron a experimentar aumentos significativos en los mostradores de las principales cadenas de supermercados y carnicerías de todo el país.
Si bien aún no están medidas las subas del mes de febrero, el INDEC informó que en enero los valores promedio de la carne (asado, picada, paleta, cuadril y nalga) se incrementaron un 7%, más del doble que la inflación general del 2,9%.
En lo que va del segundo mes del año los comerciantes aseguran que están recibiendo nuevos listados de precios que incluyen aumentos de entre un 10 y 12%, lo que impactará en el próximo índice de inflación mensual que difunda el INDEC.
El tema es que los especialistas ganaderos advierten que la suba que registraron las distintas categorías de hacienda en el Mercado de Liniers aún no se trasladó en su totalidad a los mostradores sino que viene haciéndose de manera gradual.
Esto porque en los primeros 45 días de 2018 los valores de la hacienda en la plaza concentradora porteña subieron alrededor de un 40% recuperando terreno en el poder de venta de los productores después de casi dos años de precios congelados.
La explosión de precios de la hacienda se vio reflejada en el último remate ganadero del Rosgan. El valor promedio negociado para las vaquillonas (con garantía de preñez) fue de $ 21.604, una cifra 96% mayor a la registrada un año atrás.
En Liniers el valor promedio de los terneros cerró el viernes a $ 69,89; el de los novillitos de entre 351/390 kilos a $ 69,98; el de las vaquillonas a $ 68,22; el de las vacas buenas a $ 43,78; y el de las vacas conserva a $ 33,33.
Cabe mencionar que, según un informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA), en 2018 los precios de la carne aumentaron un 39,1%, casi diez puntos menos que la inflación y bastante menos que el resto de los alimentos.
En las principales cadenas de supermercados de Capital Federal -sin contemplar ofertas- es posible encontrar el kilo de «Picada Común» a un precio de $ 73; el kilo de «Nalga» a $ 200; el kilo de «Roast Beef» a $ 140; y el kilo de «Paleta» a $ 160.
En esta línea; el kilo de «Colita de Cuadril» se comercializa a $ 253; el kilo de «Lomo» a $ 280; el kilo de «Bife de Chorizo» a $ 250; el kilo de «Vacío» a $ 173; el kilo de «Peceto» a $ 259; el kilo de «Tapa de Asado» a $ 137; y el kilo de «Bife» a $ 188.
En 2018 el consumo interno de carne se ubicó en 56,1 kilos por año, un 2,4% por debajo del promedio de 2017, al tiempo que los envíos al exterior crecieron un 78% ubicando a la Argentina en el sexto lugar en el ranking mundial de exportadores.
Si bien la suba de precios de la carne es seguida de cerca en la Casa Rosada, lo cierto es que los funcionarios macristas, a diferencia del kirchnerismo, no están dispuestos a intervenir en el mercado para forzar una baja al menos momentánea.
Esto porque en Balcarce 50 consideran que, después de la pérdida de 12 millones de cabezas que provocaron las políticas de Guillermo Moreno, es conveniente que los ciclos ganaderos se desarrollen traccionados por las variables del mercado.
En el Gobierno son conscientes que, en medio de la campaña, la oposición va a utilizar como argumento de crítica a la política económica la suba de precios de la carne para obtener rédito por tratarse de un alimento emblema en la mesa de los argentinos.