La peste porcina africana sigue avanzando en China y en gran parte de Asia, con nuevos brotes que se dan a conocer a diario en diferentes países.
El gobierno chino, por tal motivo, en las últimas dos semanas ha habilitado en varios países nuevas plantas frigoríficas para exportar a ese mercado, en un intento por abastecer la demanda local y controlar el precio de la carne de cerdo al mostrador, que está subiendo a un ritmo casi fuera de control.
Tanto los importadores como el gobierno chino confían en que, entre las 17 plantas recientemente habilitadas en Brasil y la habilitación de nuevas plantas en otros países exportadores -entre ellos la Argentina-, se podrá reducir la presión alcista sobre los precios de la carne porcina y vacuna importada.
Sólo los nuevos frigoríficos habilitados en Brasil, que en los próximos días empezarán a embarcar a China, tendrían una capacidad para exportar unas 25 mil toneladas mensuales,
En este contexto, el analista australiano Simon Quilty, especialista en el mercado asiático, sostiene en un reciente artículo que la hipótesis de que para fin de año China habrá perdido el 50 por ciento de su stock porcino a causa de la peste, se estaría quedando corta.
Esto, a la luz de los datos de caída de existencias que mes a mes publica el gobierno chino, y que a agosto último da una caída interanual del 38 por ciento de las existencias. Quilty afirma que, ya sea por la mortandad de la peste, por el rifle sanitario o por la faena anticipada, el rodeo de cerdos se está reduciendo a un ritmo mucho mayor al esperado y al reconocido por el Gobierno. Por eso, calcula que a fin de 2019 el número de cerdos en China habrá caído un 70 por ciento con respecto a un año atrás.
El analista también abre un interrogante sobre la virtual destrucción de la producción de carne porcina en el resto de Asia: la enfermedad ya está instalada en Laos, Camboya, Filipinas, Myanmar, Mongolia, Corea del Norte y del Sur, Hong Kong y Vietnam.
Compras
En agosto, China importó 163 mil toneladas de carne de cerdo, un 80 por ciento más en volumen que en igual mes del año pasado; y un 150 por ciento más en valor. Aún así, el precio de la carne de cerdo sigue subiendo y el desabastecimiento y el malhumor social se generalizan.
En el caso de la carne vacuna, en agosto China importó 130.600 toneladas, un 32 por ciento más que en igual mes del año pasado. En los ocho primeros meses las compras fueron de 980.334 toneladas, un 54 por ciento más que en enero-agosto del 2018.
En este marco, el faltante proyectado de carne porcina en China por el Rabobank para el año que viene (20 millones de toneladas) podría quedarse corto: ni siquiera juntándose todos los exportadores de carne porcina y vacuna podrían cubrirlo.