Los primeros funcionan al 25% de su capacidad, los transportistas esperan un millón de viajes menos y la industria metalmecánica prevé 30% de caída productiva y de 40 a 50% en las ventas. Otros efectos encadenados
La histórica sequía que afectó a nuestro país y ocasionó un desastre productivo no solamente asestó un durísimo golpe al el sector agropecuario sino también a un sinnúmero de actividades asociadas, dependientes o relacionadas con el agro. No solo cuenta el impacto que la falta de lluvias, y las heladas tempranas y tardías y las olas de calor tuvieron en los cultivos y otras actividades productivas, sino lo que esto significa para acopios, servicios de transporte e industria de maquinaria agrícola, por citar algunos casos.
La campaña agrícola 2022/23 fue catastrófica. La cosecha de trigo, la primera del ciclo, finalizó en 12,4 millones de toneladas, casi un 45% menos que lo obtenido en la 2021/22, mientras que en los cultivos de verano se estima que la trilla de soja culmine en 25 millones de toneladas, la peor en más de dos décadas, y la de maíz en 36 millones de toneladas, 16 millones menos que el ciclo anterior.
Contabilizando solo los principales granos, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) estimó que se perderán 46 millones de toneladas respecto a la campaña previa y que las mermas en la exportación alcanzarán los USD 20.811 millones. Si esto se extrapola a las actividades ligadas al agro, el impacto económico se vuelve más contundente, pero difícil de mensurar.
El trigo fue uno de lic cultivos más afectados por las condiciones climáticas adversas
Según un trabajo del consultor Ernesto Ambrosetti, la sequía producirá caída en las ventas de fertilizantes, agroquímicos, maquinaria agrícola y sus repuestos, productos veterinarios, postes, alambrados, molinos, combustibles, lubricantes, y diversos servicios, entre muchos otros y que “el efecto multiplicador y el dinamismo económico que genera el agro en todos los pueblos y ciudades del interior, se verá fuertemente deteriorado”.
Por citar algunas actividades, Ambrosetti aseguró que en el sector transportista las mermas estimadas en el volumen de granos se traducirán en 1,7 millones menos de viajes de camión, unos USD 1.300 millones que no ingresarán a los transportistas e implicarán menor demanda de combustibles, neumáticos, lubricantes, repuestos y servicios en las rutas.
Ambrosetti indicó que el aumento de la capacidad ociosa en las industrias, “pone en riesgo más de 255.000 puestos de trabajo” y que las empresas que producen aceites, harinas, pellets y biocombustibles, jugos, fibras, infusiones, azúcar, vinos, papel, entre muchos otros productos y derivados, “tendrán capacidad ociosa muy elevada; los puertos tendrán menos actividad y así sucesivamente todos los eslabones de las cadenas agroindustrial”.
“Otro eslabón perjudicado serán los acopiadores y las cooperativas que se encuentran distribuidos en los pueblos y ciudades a los largo y ancho del territorio productivo, que brindarán menos servicios, de secado, almacenamiento y acondicionamiento de los granos, dejarán de percibir más de USD 600 millones”, finalizó Ambrosetti.
Acopios
El de acopios es uno de los sectores asociados al agro que más sufre el impacto. Es allí donde los productores guardan sus granos: cualquier merma en los volúmenes de cosecha se traduce en una menor cantidad en los silos. Es por eso que el presidente de la Federación de Acopiadores, Fernando Rivara, sostuvo que hoy la actividad está trabajando a un 25% o 30% de su capacidad.
Cayó la actividad en los acopios de granos, ante una menor producción en la presente campaña agrícola
“La sequía impactó un poco por el fracaso del trigo y ahora estamos afrontando el sopapo grande con la cosecha de soja y maíz. Nadie tiene experiencia de un fracaso tan rotundo como el que estamos teniendo. Todos los acopios tenemos armada una estructura para un determinado volumen y esto pega en la línea de flotación y esperamos no hundirnos, pero es una situación muy difícil y vamos a ver de qué manera la vamos a sobrellevar hasta la próxima cosecha”, dijo Rivara en diálogo con Infobae.
Según explicó el dirigente empresario, los acopios tienen un gran número de gastos fijos que no se modifican según el nivel de actividad que tengan. “Nosotros tenemos un consumo de energía base, un convenio anual con la empresa eléctrica por determinado consumo que se da en años normales. También tenemos el sueldo de los empleados en las plantas de los silos que están para descargar 100 toneladas y están descargando 25. Además, el acopio cobra una comisión cuando se vende la mercadería, pero la mercadería no está. Solo nos va a entrar un 25%. La verdad es que va a ser una situación difícil”, explicó Rivara.
Pero otro problema que los acopios deberán enfrentar son los posibles incumplimientos de los productores en cuanto a los canjes de insumos por producción, ya que, justamente, un gran número de ellos han tenido una campaña sumamente magra. El dirigente empresario explicó que muchas veces son los acopios los que le proveen de agroquímicos, semillas, fertilizantes y combustibles a los agricultores a cambio de la entrega de grano a cosecha.
Para la próxima campaña agrícola, la mirada de los productores estará en las líneas de financiamiento para la compra de insumos
“Tenemos que ver cómo está el tema de las entregas de los canjes. No sabemos lo qué va a pasar, pero con algunos productores vamos a tener que hablar y ver de qué manera podemos llevar adelante su cumplimiento. El mensaje en esta crisis es enfrentarla codo a codo. Vamos a tener que trabajar de manera conjunta”, finalizó Rivara.
Maquinaria agrícola
Por supuesto que una menor cosecha, redunda en una caída en los ingresos de los productores y en la disponibilidad de dinero para realizar nuevas inversiones, como puede ser la compra de maquinaria agrícola. Es por eso que el presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), Eduardo Borri, estimó que habrá una merma en el nivel de producción de 30%, mientras que las ventas podrían caer entre 40% y 50% para el presente año por la sequía.
“Es imposible que si a nuestros clientes les va mal, a nosotros nos vaya bien. Desde junio del año pasado la situación empezó a deteriorarse: comenzaron a caerse los pedidos de ventas, se encarecieron los créditos y pudimos pasar el año porque veníamos con un stock de ventas y pedidos a producir anteriores que hizo que termináramos el 2022 con récord en este sentido. Pero cuando arrancamos 2023, el agotamiento de ese stock de ventas y la fuerte caída en las ventas, que en algunos casos llegaron al 70%, hicieron que las luces amarillas que se encendieron el año pasado pasaron a ser rojas.”, dijo Borri.
En el sector de la maquinaria agrícola, ya hablan de merma en la producción y en los niveles de ventas
Según explicó el presidente de Cafma, existen dos ciclos diferentes en el sector: el momento en que se vende y el momento en que se produce. Esto quiere decir que cuando se genera un gran volumen de ventas, la entrega de la maquinaria suele tardar, pero cuando “la producción le gana a las ventas, como sucede en este momento, los plazos de entrega son mucho más cortos que los que tuvimos en los últimos tres años. Estamos apuntando a tener una producción cercana al 70% de lo que fue el año pasado, lo que no quiere decir que esa maquinaria sea vendida, sino que esperamos que caigan entre un 40% y 50%”.
No obstante, esta situación no es sostenible en el tiempo, aseguró Borri, quien también resaltó la intención de “la mayoría de los empresarios de no reducir la capacidad productiva, con miras de que el año que viene mejore”, por lo que el sector está solicitando “a la banca pública que no solo vamos a necesitar financiar a nuestros clientes, sino también al capital de trabajo, porque nadie puede soportar mucho tiempo tener producción y no venderla”.
Transportistas
El otro rubro que acusa un fuerte impacto por los efectos de la sequía es el transporte de granos. En este sentido, el tesorero de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), Carlos Rébora, indicó que la cámara empresaria cuenta con estimaciones de que se contabilizaron más de un millón de viajes menos durante esta campaña, cuestión que incluye el viaje del campo al acopio y también de este a los puertos o a la cadena agroindustrial”.
El transporte de granos también con menor actividad, ante los efectos de la sequía. REUTERS/Stringer
“Esta situación afecta a todos los transportistas que nos enfocamos en el agro en mayor o menor medida”, dijo Rébora a Infobae. Según manifestó el dirigente empresario, el transportista de granos está “esperando la cosecha todo el año”, por lo cual considera la situación del sector como “muy difícil”, sumado a la denuncia de que los dadores de carga no acatan las tarifas establecidas hace solo algunas semanas. “Hay tanta oferta de camiones que no se están respetando las tarifas, cuando nosotros firmamos un nuevo aumento del 22%”, sostuvo Rébora
Respecto al nivel de actividad. Rébora detalló que “normalmente, cuando se está en cosecha se puede tardar un día en descargar los granos en las terminales, pero, más allá de eso, se puede tomar y hacer un viaje cada dos días, pero hoy si se llega a cargar un viaje a la semana es que tuviste suerte”. Es por eso que el dirigente empresario afirma que “no hay viajes. Hoy en Entre Ríos el rinde promedio de la soja es de 800 kilos por hectárea, cuando lo normal es 2.800 kilos. Esa diferencia son menos viajes. El impacto es grande y en los pueblos es mucho mayor, afectando hasta el pequeño almacén que abastece a los conductores antes de viajar”.
Fuente: Infobae